Se agradece la franqueza, inusual en un personaje de su calibre, pero al final de cuentas el que se refiera de manera tan clara en un tema que a muchos genera urticaria resulta positivo.
El aborto ocupa de esos casilleros en que la derecha se siente cómoda, y toma como bandera cada que puede, con pronunciados pincelazos de conservadurismo trasnochado, pero que la defensa a la vida de un ser inocente salga del pecho de una mujer progresista como lo es Olga Sánchez Cordero pues genera un aire fresco en el ambiente, y le diré porque: en el país se ha debatido de manera friccionante ese supuesto derecho, la mayoría de ocasiones rayando en el fundamentalismo, tanto de quienes lo apoyan como de quienes defienden la suspensión del embarazo. La fuerza de las etiquetas de la izquierda han abierto el mundo de las leyes para que una mujer decida qué hacer con su cuerpo, eso es positivo, si lo vemos a que ninguna mujer puede ser castigada por decidir abortar, pero la malentendida idea de que se puede hacer sin mayores consecuencias sobre la conciencia nos ha llevado a una especie de libertinaje en donde da igual abortar una o varias veces, como recurso inmediato a lo que existe detrás, irresponsabilidad o falta de cuidados por parte no solo de la mujer sino del hombre. Claro está que, si hablamos del aborto como salida ante una violación o que el bebé presente problemas que pongan en riesgo la vida de la madre, ahí sí, nada que discutir, pero abortar solo porque la calentura nos ganó, eso sí que aún no se delimita.
Doña Olga Sánchez Cordero, desde Monterrey lo explica de manera precisa. Ella no está a favor del aborto y consolida su posición al reflejar que posee en lo íntimo siete nietos. En lo íntimo ella refleja la solidez de la educación moral y social, lo cual se agradece, pero igual coloca el andamio de la injusticia que representa el que una mujer, por decidir abortar vaya a parar a la cárcel 30 años, eso no puede ser. Sin duda, muchas voces defensoras de las supuestas libertades a decidir van a querer incendiar a el país, se desgarraran las vestiduras y exigirán que la ministra, hoy senadora y próxima secretaria de gobernación se retracte, pero las voces sensatas tiene que formar un bloque alrededor de este tipo de expresiones que aunque no se pueda estar de acuerdo del todo, es justo decir que el país requiere menos extremos y más posiciones serenas y realistas y si la potencial titular de Bucareli manifiesta con firmeza lo que muchos pensamos, eso deberíamos aplaudir.
El tema del aborto no está acabado, falta mucho por aterrizar, se tiene que continuar debatiendo, pero sobre todo, convertirse en una ventana que nos permita analizar otro tipo de causas, como el hecho de que miles de niñas se embaracen, que la explotación sexual se haya destapado sin ningún tipo de advertencias, doña Olga da el primer paso, bienvenida la argumentación y toca ahora a todos, desde el hogar, iglesia y escuelas hablar sin tapujos de esto, decir las cosas por su nombre y hacernos responsables de nuestras fallas. ¿no quieres hijos? Usa condón o anticonceptivos, punto.