México está como está, gracias a que la enseñanza educativa es un desastre. Vamos a asomarnos a lo que
publica hoy el Sol de México, la prueba PLANEA (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes) refleja que seis de cada diez niños que estudian sexto de primaria no saben leer, escribir y tiene broncas para solucionar operaciones básicas de matemáticas.
Y esto a nadie debería sorprender, desde hace años México se ha convertido en un campo fallido en materia educativa porque a muy pocos les importa que seamos una potencia, insaculados más en grillas magisteriales y en el secuestro constante de las cúpulas, nuestros niños son como ratas de laboratorio, expuestos a la indiferencia de muchos políticos y personajes, que como en Oaxaca o Chiapas, han secuestrado el futuro de los estudiantes, secciones sindicales que operan bajo groseras banderas de una supuesta lucha por la justicia y respeto a las conquistas logradas, falsos líderes que saben muy bien de engrosar cuentas bancarias y de empobrecer a los aún más pobres niños de esas regiones.
A México se le ha condenado a dejar ir generación tras generación de estudiantes a un infierno en el futuro, como si de un ejército de analfabetas funcionales se tratara, obreros que engrosarán la mediocridad salarial, sin otra aspiración que repetir la miseria de sus padres, o como carne de cañón del crimen organizado.
Cierto, existen regiones en el país, Jalisco y Ciudad de México, en donde la calidad educativa es distinta, mas decorosa y los niños se defienden, pero el lastre en el que se convierte la geografía del sur nos hace pensar en lo inútil de todos los programas, o reformas educativas que se venden caro y que arrojan resultados como este.
En donde el gran debate es si Elba Esther regresa, como si su mérito fuese el haber elevado la educación de los niños y no su chequera, y no se discute el inevitable hecho de que millones de niños mexicanos no podrán aspirar a una mejor calidad de vida sencillamente porque son unos burros.
Finalmente se tiene que decir que los padres de familia son pieza fundamental para entender esta desilusionante vida, los padres sencillamente han sido actores de segunda, inmóviles ante lo que debería convertirse en su principal actividad: preocuparse por lo que aprenden sus hijos, impulsarlos a leer más, a ejercitar más y mejor la mente, a cuestionar todo, pero como no es así, concluimos que los padres abandonaron a su suerte a esos niños y jóvenes, creyendo que con ir a la escuela ya resolvieron su papel de jefes de familia. La pobreza es un circulo en México, y la miseria educativa lo alimenta, ¿nos daremos cuenta de ello?