Ahí está el regateo, tenedores de bonos que representan más de 50 por ciento de los seis mil millones de dólares
emitidos por el fideicomiso del aeropuerto de la Ciudad de México le volvieron a decir que no a el equipo de Carlos Urzua, titular de hacienda, lo que debería ser una negociación normal entre inversionistas y cualquier gobierno se ha convertido en un campo de gotcha, en donde hasta el momento se disparan balas de goma, sin mayores consecuencias, le digo, hasta el momento pero eso se puede acabar en cualquier momento, pues de los rechazos y jaloneos se pasará al cobro de facturas económicas más delicadas, y esto tiene que ver con dos cosas: existe mucha molestia por parte de los tenedores de bonos por la decisión tomada de la cancelación del aeropuerto en Texcoco.
Hay mal ambiente y eso no ayuda mucho, los principales inversionistas continúan rumiando el portazo, y hombres de dinero al fin, han decidido sacar el mayor provecho posible de lo que consideran un acto autoritario de esta administración.
Desafortunadamente, los de hacienda, por más que lo rechacen, terminarán, terminaremos todos pagando de más a los dueños de estos bonos, dinero público que se destinará a cubrir el boquete financiero que se está abriendo bajo nuestros pies.
Urzua, el de hacienda , ha asegurado que el dinero de las afores está blindado y que el presupuesto del 2019 ha contemplado los dólares que habrán de emplearse para cumplir con los dueños de los bonos , yo no sé usted, pero la experiencia me dicta que cada que un secretario de hacienda sale a decir que no nos preocupemos, pues habría que preocuparnos , y dudo mucho que en esta administración se reconozca que se equivocaron, con todo y el “me canso ganso” empleado como escudo anti memes.
Se va a pagar de más y esto no solo es una probabilidad, sino que responde a la lógica de los mercados, de las finanzas, en donde quien invierte en algo no espera recuperar lo mismo, o salir tablas, los dueños de esos seis mil millones de dólares querrán ver ganancias, como si el nuevo aeropuerto continuara en obra.
Y tocará a quien trae la cartera de la federación abrirla y pagar de más y después se verá obligado a decirle a la nación que siempre si, que nos salió más caro el caldo que las albóndigas, pero que no habrá problema, pues con el dinero que se ahorren en la lucha a la corrupción, todas las cuentas cuadraran… Aja, si como no.