Este fin de semana escuche un promocional del gobierno explicando lo de la gasolina…llevaba rato que de los
audioparlantes oficiales no cachaba un spot que tratara de manera puntual la versión oficial de una de sus medidas, decíamos el viernes que lo que le estaba fallando al gobierno de AMLO era la manera en cómo se había tratado todo este asunto del cierre de ductos, golpeando a los ciudadanos, pero más allá, dejándonos en un limbo informativo, esto se corrigió, y por fortuna los medios de comunicación en su mayoría han fortalecido el corazón del mensaje, el combate al huachicoleo, atajar un problema que está sangrando la economía nacional.
Parar la industria de corrupción que encubre esta actividad…y claro que ha afectado esta medida, para nadie ha sido fácil, se cometieron fallas en la coordinación y estrategia gubernamental, pero también hay que decirlo, muchas voces dieron inicio a un griterío crispante que enardeció a la población, esta, receptora de rumores y de la siembra del infaltable miedo… ¿qué le falta por hacer al presidente amlo? Dar a conocer los nombres de personajes y empresas vinculadas a este robo, pero con carpetas de investigación puntuales, bien sustentadas para que las acusaciones no se caigan en tribunales y veamos casos como el de Emilio Lozoya, ex director de Pemex, quien la ha venido librando con el caso de Odebrecht.
Lo de la distribución de la gasolina se normalizará, todos hemos aprendido lecciones, los del gabinete de AMLO involucrados en el tema también tendrán que recurrir a las dosis necesarias de humildad y reconocer que no basta con salir a declarar con el estómago, sino aceptar que ser gobierno requiere de mucha cabeza fría y sensibilidad para entender a los que gobiernan.
La tarea por venir no es sencilla, habrá heridas que tardarán en sanar, pero esto de la gasolina y sus demonios son apenas la punta de una madeja que representa la punta de un iceberg lleno de corrupción y transas, de un México que ha vivido en la zona de confort y que tendrá, en muchos de sus sectores, fuertes resistencias.
Cierto, el gobierno de amlo pateo un serpentario, las reacciones no serán suaves, ya lo vimos, pero la responsabilidad de un gobierno democrático es la de proteger primero a los ciudadanos, y en este capítulo de la gasolina se afectó de manera desproporcionada a los mexicanos, ahí está la lección, y vaya que tienen tiempo para enmendar. ¿existirá esa visión?