Picotazo político 26 de diciembre 2019

Cada año se escucha el mismo estribillo de que vendrá un gasolinazo, de que la canasta básica subirá, cada año se

 asoman nuevas amenazas fiscales para que ahora sí los contribuyentes paguen lo que deben y los que no lo hacen comiencen a hacerlo, cada año es la misma historia. Sólo que en este capítulo debemos añadir que se suman elementos que ponen nerviosos a mas de uno. El principal es la falta de rumbo en materia económica y como pocas veces la sociedad, de los que gustan de leer y enterarse saben que nada garantiza que la situación en torno a sus bolsillos vaya a ir mejor y a pesar de que en estos días el ritmo mental y cotidiano es de escasa concentración, en esos grandes rubros sí se ha sentido una sensible baja en los niveles de confianza entre los consumidores, no se respira la misma dinámica que en anteriores años se veía en cuanto a conductas de consumo.

Muchos mexicanos decidieron gastar menos, los viajes o salidas se han limitado a menos días o en lugares cercanos y económicos. La sabiduría popular no se equivoca pues se respira en el ambiente esa ansiedad de lo que precede a las grandes tormentas, en donde un gobierno agradece al gobierno de Bolivia el que le ponga un nuevo tanque de oxigeno con un "escandalo" diplomático para que el público nacional no se entere de la fuga en sus bolsillos y algo peor, el que no se ve claro para donde demonios vamos.

Pues si algo es claro es que este 2020 no garantiza ningún tipo de buena noticia, en donde las patas de la mesa de la economía se encuentran suspendidas entre ocurrencias y chabaquenería de gobierno, en donde los ecos de los machetazos de los recortes presupuestales no han detenido su sangría, en donde esta Navidad y el Año Nuevo que viene le ha significado a muchos padres de familia un escondido llanto ante el hecho de que fueron despedidos y por los pantalones del gobierno de la ciudad o el federal no se les liquida.

El gobierno ha negado hasta el cansancio el que nos encontremos en recesión, pero en las calles se respira distinto y repito, no se trata de ser ave de mal agüero, pero nos hemos negado a escuchar el crujido de las bases de una sociedad que está a punto de estallar por que sencillamente su economía es un desastre, y hago mención de la clase media, esa misma que vive del crédito, de las tarjetas.

Ahorita no se tiene el impacto real del meteoro de los gastos por las épocas navideñas, pero en enero las vendas comenzarán a caer. Por ello, el que vengan gasolinazos, aumentos a productos y servicios y el aire de mayores cierres de empresas y despidos no significan para nada buenas noticias. Insisto, sólo que en Palacio Nacional les caiga el veinte de lo que se está viviendo en las calles, y no sólo en el imaginario mundo feliz feliz feliz de sus cuentas.