No, no es de mal gusto hacer futurismo político en tiempos de Covid-19, por el contrario, las crisis no solo son eso, son en esencia oportunidades.
Veamos, el coronavirus, ese feo terminajo que tantas ansiedades genera, juega con los reflectores hacia tres personajes, que, de momento, se llevan titulares, ojo, no hablo del presidente AMLO, ese ya ganó la banda y ahora se dedica a, ¿cómo sería el termino correcto? ¿desganarla? Es algo así como extinguir su bono democrático, en fin.
Una dama, dos hombres, ella, jefa de gobierno, hasta no hace mucho, vapuleada por la respuesta tibia en el tema de los feminicidios, ahogada a ratos por el monstruo citadino y sus garras de delincuencia, marchas, violaciones, narco células, secuestros, tráfico y un penoso etcétera que la habían colocado como una funcionaria que no terminaba por entender qué hacía en ayuntamiento ni para quién trabajaba, si para los ciudadanos o para su jefe en palacio.
Vino el Covid-19 y metió primera, pero el carro no hacia el cambio, no jalaba hasta que se decidió a meter bien las velocidades revelándose como una figura confiable ante la serie de medidas que sin ser draconianas mostraron sentido y han permitido un mejor control del patógeno chino
La ciudad de México no se ha convertido en zona de guerra, eso es bueno, y los mensajes de Claudia Sheinbaum son de lo más rescatable en esta 4T, sus bonos regresan y nadie podría negar que en estos momentos ha sido más seria que el mismo presidente de México.
Hablemos de los hombres, Marcelo Ebrard, que como había mencionado ayer, es quien muestra pericia política en este caos, Marcelo es multifacético y hoy por hoy, una pieza necesaria para AMLO, si existe alguien con experiencia política es él y los años en las líneas de batalla lo han puesto a prueba dando como resultado el que se le vea como el más serio candidato a la presidencia de México.
El siguiente personaje es uno de los pocos activos vivos del PRI, Alfredo del Mazo Maza, gobernador mexiquense, quien ha venido construyendo una carrera persistente, a ratos de bajo perfil, pero que ha logrado irle imprimiendo su sello, ya no de Atlacomulco o de aires Peñanietista, sino lo que el PRI debería ver con atención, como quien terminará rebasando al mismísimo partido con todo y el indigesto Alito.
Del mazo ha sabido responder con sobriedad en medio de esta convulsión y no hay que olvidar que el Estado de México es la entidad con más seres humanos en todo el país, y que se mezclan con la urbe chilanga convirtiendo a este gigante en algo muy difícil de manejar, aun así, el gobernador le ha atinado en tiempos y programas a la pandemia, en una muy sana coordinación con la federación y con la CDMX, no se le ve estridente, ni ocurrente, al contrario, sale cuando debe salir y anuncia en medios lo que debe anunciar.
Del mazo ha cargado con el estigma indirecto de la derrota de su partido, y hasta de parentescos con el ex presidente, estas inercias no le habrían permitido un mejor manejo del balón en canchas nacionales, pero llegó la crisis sanitaria y del Mazo toma un papel mucho muy serio frente a la tibieza de muchos de sus homólogos.
Se antojaría muy difícil que el PRI regresara a la presidencia en un par de sexenios, pero un del mazo siendo acompañado por una coalición de partidos podría dar una batalla muy interesante y en corto plazo y como diría el clásico: ¿Ud. que opina?