El mensaje es todo, ser poco precavido con lo que se quiere decir nos puede costar y mucho,
por ello es que no existen muros de defensa en cuanto el papel del mandatario y su posición con el Covid, el es un hombre político, más bien electoral, lo suyo es recorrer el país y lanzar arengas desde el templete, por ello se desesperaba desde el arrancadero, las mañaneras lo estaban exponiendo demasiado, un fuerte desgaste.
No es extraño pues, el que sin cubrebocas, se haya lanzado a sus giras, ese es su terreno, pero en la acción se esconde el peligro de que muchos mexicanos lo secunden, tomando las calles bajo el paraguas de la "nueva normalidad", muchos con razón, pues los microcosmos de la economía se están muriendo, otros con la necesidad de salir del encierro.
Cierto, los bolsillos ya no están para aguantar, el meteoro de la crisis ya golpeó la tierra, y la extinción en masa de todo tipo de empresas son una realidad, no es raro que para muchos sea mejor exponerse al Covid que seguir con el estómago vacío, solo que el presidente se vale de eso para hacer trizas el mensaje de la actuación responsable y no con aires de que el virus le hace "lo que el viento a Juárez".
Son muchos los que ven en esta señal la luz verde para decirnos que "aquí no ha pasado algo"… nadie puede aseverar que tiene el final de la película, los muertos, los contagiados seguirán, la criminal respuesta de Palacio en materia económica nos arrojó desde hace meses hacia atrás, muchos años atrás, y hoy por hoy, vivimos en el peor escenario posible, con la peste covidiana recorriendo el país y con un gobierno que es incapaz de estructurar un plan de rescate económico, enfrascado solo en la lógica de los votos, alimentando una base que, según sus cuentas, le haría mantener el control del Congreso en los próximos años.
¿Saben? no hay sentimiento más parecido que el de el constante anuncio de que viene uno de los terremotos más potentes y que sigamos escuchando la alerta sin pestañear.