Austeridad y fracaso de cuarta

La austeridad republicana de este gobierno es un fracaso por dónde se le vea, culpar a la Covid-19 es una verdad a medias pues en realidad desde el arranque de la 4T la economía fue agarrada a "machetazos ", recortes, parálisis, despidos y todo un perlario de acciones que con la llegada de la pandemia y su mexicanización,
por la vía de estos malabares de si habríamos que enfrentarlo con medallitas milagrosas o la utilidad del cubrebocas, mientras el País se venía convirtiendo en una fábrica de despidos, de banca rota, y el dichoso gobierno sin asomarse, más que para elevar la voz en un discurso que ha cansado por lo machucón de que todo se resume en una batalla entre el bien y el mal, entre liberales contra conservadores.
 
Este gobierno tiene razón en el guión de que todos nuestros males surgen de la corrupción, de eso no hay duda, sólo que se le ha olvidado limpiar su propia casa, permitiendo que grandes negocios florezcan de la mano de los otrora honestos hombres y mujeres de morena, de la honestidad valiente y sus trucos.
 
La corrupción debe y tiene que ser atacada, pero sin distraernos, es la hora de que este gobierno vaya al núcleo del reclamo de toda la industria y de aquellos empresarios que están desangrándose por qué no hay cirujano que los suture, urge que se deje el estrado mañanero para abrir un campo real de posibilidades y que den pie a el tan necesario rescate de la economía en México y perdóneme usted, pero este auxilio solo puede venir de el gobierno, como el jugador más fuerte, el único que en este momento tiene dinero y que con un par de acciones puede echar a andar las cadenas productivas del país.
 
Basta de regalar el dinero en dosis que asemejan la compra de votos en abonos, basta de ocurrencias y de trucos, de sobaditas en la espalda, basta de pistas efectistas, basta de enviar la señal de que prefieren "apapachar " a los narcos y atacar a los empresarios.
 
El presidente López Obrador nos fue llevando a este túnel y por el bien de todos es que debe centrar sus estrategias de rescate en los que saben producir empleos y también pagan impuestos. La alianza es con todo ese universo de pequeños, medianos y grandes empresarios, ayudarlos a qué sobrevivan y de paso ayudarse a qué su gobierno no se encamine a las páginas de la historia como el que quebró a México.
 
No es regaño… es picotazo político. La austeridad republicana de este gobierno es un fracaso por dónde se le vea, culpar a la Covid-19 es una verdad a medias pues en realidad desde el arranque de la 4T la economía fue agarrada a "machetazos ", recortes, parálisis, despidos y todo un perlario de acciones que con la llegada de la pandemia y su mexicanización, por la vía de estos malabares de si habríamos que enfrentarlo con medallitas milagrosas o la utilidad del cubrebocas, mientras el País se venía convirtiendo en una fábrica de despidos, de banca rota, y el dichoso gobierno sin asomarse, más que para elevar la voz en un discurso que ha cansado por lo machucón de que todo se resume en una batalla entre el bien y el mal, entre liberales contra conservadores.
 
Este gobierno tiene razón en el guión de que todos nuestros males surgen de la corrupción, de eso no hay duda, sólo que se le ha olvidado limpiar su propia casa, permitiendo que grandes negocios florezcan de la mano de los otrora honestos hombres y mujeres de morena, de la honestidad valiente y sus trucos.
 
La corrupción debe y tiene que ser atacada, pero sin distraernos, es la hora de que este gobierno vaya al núcleo del reclamo de toda la industria y de aquellos empresarios que están desangrándose por qué no hay cirujano que los suture, urge que se deje el estrado mañanero para abrir un campo real de posibilidades y que den pie a el tan necesario rescate de la economía en México y perdóneme usted, pero este auxilio solo puede venir de el gobierno, como el jugador más fuerte, el único que en este momento tiene dinero y que con un par de acciones puede echar a andar las cadenas productivas del país.
 
Basta de regalar el dinero en dosis que asemejan la compra de votos en abonos, basta de ocurrencias y de trucos, de sobaditas en la espalda, basta de pistas efectistas, basta de enviar la señal de que prefieren "apapachar " a los narcos y atacar a los empresarios.
 
El presidente López Obrador nos fue llevando a este túnel y por el bien de todos es que debe centrar sus estrategias de rescate en los que saben producir empleos y también pagan impuestos. La alianza es con todo ese universo de pequeños, medianos y grandes empresarios, ayudarlos a qué sobrevivan y de paso ayudarse a qué su gobierno no se encamine a las páginas de la historia como el que quebró a México.
 
No es regaño… es picotazo político.