Ana Lucía

Hola Ana Lucia, espero que allá, donde estés, todo sea mejor, ¿sabes? llevas el primer nombre de mi hija, también Ana, Ana Sofía… Ana, partiste a los cuatro años, no me imagino el dolor de tus padres, a los cuales los escuche,

 los leí tras varios twitters, Walter Rupprecht, tu papá, peleó hasta el último, no se cómo soportó todo, tu mami, Rosalba Contreras, vaya manera de resistir, se enfrentaron a uno de los peores escenarios, no sólo ver cómo tu cuerpo, Ana Lucia, se iba debilitando por las primeras convulsiones en enero del 19, después la neumonía, y llego la brutal noticia, la que ningún padre debería escuchar, que su hija tiene cáncer... Leucemia linfoblástica aguda, de estirpe B...

La amenaza aquella, del director de la clínica de Cuautla, cuando advirtió que si querían que a su hija la atendieran bien, deberían dejar de subir mensajes a las redes...

Pero la historia ya estaba cantada.. No importó haber estado en el 20 de Noviembre, la tormenta perfecta te tocó a ti, pequeña Ana Lucía, resististe las primeras quimios, pero como si no fuera poco, te suministraron un medicamento llamado "L asparaginasa", uno que venia en un lote de mala calidad... pero no sólo a ti, sino a dos menores más, lo cual les provocó un choque en sus cuerpos, las salidas se cortaban, no había con qué tratarte, rodeada de carencias, tus padres tuvieron que gastar en guantes, gasas, medicamentos que no habían en el hospital... dosis de 35 mil pesos de un medicamento que no te funcionó, otras medicinas más que no se venden en México... cajas con dosis que cuestan 190 mil pesos, y sí... querida Ana Lucía, estabas siendo objeto de la sordera de funcionarios del ISSSTE, del Secretario de Salud, ellos, tratando de explicar el por qué el desabasto en los hospitales, escondiendo el rostro ante los padres de más pacientes con cáncer. Ellos, tratando de entender lo que les tocaba en la puerta y que se presentaba como Covid-19.

Ana Lucía, tus padres son unos héroes, la gente que se acercó a ayudar, a buscar respuestas, a pelear en contra del tiempo, mismo que se perdió al principio… Fuiste a Suiza, en Zurich se prometía una esperanza, no fue así, tu cuerpo ya no resistió.

¿y por qué te escribo? por que no sé cómo ofrecer una disculpa, un consuelo, un abrazo, palabras, poner en mis manos el perdón más sincero a ti, para los tuyos, por la razón de que hemos sido omisos en tu historia, la de los demás niños que no regresarán a casa, que su ausencia ha partido el corazón de sus padres, porque no sabemos cómo explicar esa deformación intelectual, ante la falta de empatía en un país que dejó de sentir compasión, que revisa los chats y nos vamos enterando de que la muerte se lleva por miles, tanto a los de Covid o los del crimen organizado, de muchos que desde el poder los ven como un número más, como "alguien que se enferma de cáncer" y que "desgraciadamente" pierde la vida, sin detenerse a pensar que antes de eso existió todo tipo de obstáculos, de carencias, de ineptitud y que hizo que la cura no llegara.

Todo por que en aras de combatir a la corrupción "se detuvieron" las compras de medicamentos...

Ofrecerte perdón por que merecías vivir, merecías ser tratada como la mexicana más importante de este país, con los privilegios que un personaje como Lozoya goza en estos momentos al ser considerado testigo VIP. Perdón por que la rifa de un avión pesó más que tu vida, pequeña Ana Lucía... Perdón porque te tocó nacer en un país que todos los días va cubriendo de gruesas capas de mentiras la cruda realidad que cómo a tí, pequeña Ana Lucía, les toca.

Ana Lucía, vi la fotografía de cuándo tu mamá te cargaba, se iban a Suiza, ibas dormida, llevabas un cubrebocas, ropita color rosa mexicano, tu papá, aunque cansado llevaba consigo esa esperanza de que regresarían los tres... Yo sólo me pregunté: ¿en serio Dios, habrá forma de ayudarles con un milagro?. Así es Ana Lucía, hasta el silencio de Dios me duele.