Para el mexicano promedio hablar de Pemex es no entender que siendo un país petrolero la gasolina cueste 21 pesos el litro, carísima y que para
nuestra desgracia esto empuje el círculo vicioso de la carestía o ese demonio llamado inflación. En 1938, el general Lázaro Cárdenas expropia la industria petrolera, los “tornillos nacionales se han cubierto de gloria”. Una gesta heroica que contó con el beneplácito de los EUA, los cuales estaban muy entretenidos preparando una guerra, situación que ahí si cayó “como anillo al dedo”. Y vinieron todos estos años en donde Pemex se convierte en el gran banco de la familia revolucionaria, petróleo y dólares para todos, el nacimiento de un imperio de políticos que hicieron del crudo el mayor negocio de sus vidas, mientras a los mexicanos nos tocaba mucho “atole con el índice".
Llega Cantarell, el segundo yacimiento más grande del mundo y se cruza con un locuaz conocido como López Portillo el populismo, el mesianismo criminal y una terquedad que casi lleva a la quiebra al país, pasamos de la distribución de la riqueza a la ampliación de la miseria, pero la pobreza fue solo para los 66 millones de habitantes de aquel 1979. La petrolización de México quebró a nuestros padres y abuelos de ese golpe, de la enorme deuda extranjera de la cual no nos hemos podido levantar. Pemex se convierte entonces en la maldición más democrática de la historia en donde solo la cúpula gana y el resto parejito nos vamos al infierno.
La historia y las explicaciones son aún más largas, pero lo que es con toda certeza la razón de que el petróleo sea nuestro cianuro es que la corrupción se la comió por entero, hoy Pemex es la empresa más endeudada de la historia, sus calificaciones por el suelo en quiebra técnica con un sindicato paquidermico y sus líderes enriquecidos hasta el vómito, la perla de Romero Dechamps recibiendo palmaditas presidenciales para que el muchacho petrolero se vaya a descansar a su casita con gruesos expedientes de corrupción y un ex director como Lozoya siendo invitado de honor de la 4T. En medio de la sala un López, un Portillo, otro con el “ya chole” de un nuevo descubrimiento de yacimiento de crudo que ahora sí será mejor que haberse sacado la rifa del avión (¿alguien se acuerda de eso?). Dzimpona, así se llama el nuevo tesoro, antes fue Kuxum en Veracruz y antes en el 19 Quesqui en Tabasco; los anuncios ahí están, todos en torno al festejo del 18 de marzo, muy bien, muy bonito y la producción petrolera a la baja, Pemex como ejemplo de fracaso en el mundo, pero nosotros sólo sabemos que llevamos mucho sin llenar el tanque de gasolina. Por cierto, por que no hubo festejo en “dos bocas?”. A menos que...
No es regaño, es Picotazo Político
Miguel Ángel López Farías Historiador.
Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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