La cifra más cercana es de seis niños y niñas que mueren por cáncer diariamente en México, padres de menores con esta enfermedad refieren que debido a los recortes presupuestales en el sector salud más de mil 600 pequeñitos han fallecido
en pocos meses, un absurdo si consideramos que la detección temprana la convierte en altamente curable, lo hemos repetido en muchas ocasiones, reiterar el desastre humanitario trazado en esta administración resulta agotador, máxime si en medio de las vías encontramos la vida de miles de estos chiquillos. Y más absurdo es creer que este desértico escenario de negación e indolencia burócrata se corregirá, por ello es que las veladoras puestas en las puertas de los funcionarios deben ser llevadas a un campo más abierto, el de todas y todos, me refiero a algo que en México está muriendo, y es la empatía, que el
mandatario no demuestre compasión, no significa que todos debamos seguir su ejemplo, esta sociedad se convirtió en una de cómodos espectadores, testigos de la lucha titánica de estos padres en contra del rostro de piedra de quienes deberían darles solución, los mexicanos hemos sido actores importantes, la ausencia de solidaridad es notable y hasta insultante, pues hemos comprobado ser jugadores activos en otras tareas de salvamento, sea en medio del polvo de los derrumbes por los terremotos o en las cadenas humanas en una inundación, por no mencionar las dosis de emociones vertidas en un Teletón y nuestra posterior ayuda económica.
No hay alguien, ¿un medio de comunicación o una de esas gigantescas empresas que donan millones que sean capaces de impulsar una cruzada a favor de los niños con Cáncer? Los tratamientos son muy costosos, los medicamentos existen, pero aquí no los han comprado según denuncian; ¿es tan difícil con la billetera llena de lo recaudado salir al extranjero y traerles los benditos medicamentos?
El gobierno ya no tiene el control de esto y muchas cosas más, se ató así mismo las agujetas, fracasó, pero un grueso de esta sociedad se ha convertido en un devorador de tragedias ajenas cuando las acciones podrían ser muchas y efectivas.
Ponernos en los zapatos de esos padres y sus hijos nos haría comprender que su infierno personal bien podría tocarnos a nosotros y una cosa es cierta, verlos sufrir o morir sin que metamos las manos nos va dibujando como una nación sin alma.
No es regaño es Picotazo Político.
Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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