OTRA VEZ COLOSIO A ESCENA

En lo que los de 18 años terminan de entender la “bienvenida” que les da la 4T a el simpático mundo de los adultos y las

declaraciones de impuestos, y el presidente insiste en prenderle fuego a la pradera de Ciudad Universitaria, permítanme poner en el rostro una mueca de aburrimiento por el sketch que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) nos propone a manera de mini serie de Netflix: resucitarán el caso Colosio, así como lo escucha, un evento de hace más de 27 años (1994) que ha tenido más disecciones que la comisión de la verdad del 68.

La madre de todos los distractores está en marcha y es impulsada por la defensa de Mario Aburto Martínez (uno de los tantos que se cree, fueron utilizados para entorpecer el crimen). Para la generación millenial, puede que les resulte interesante esta revisión del pasado, pero solo como visita a la hemeroteca, pues en términos prácticos no servirá en los terrenos legales, repito, solo como un truco más de la estropeada 4T tan necesitada de distractores, ya se la saben, mejor hablar de la muerte de Colosio que del desastre económico y de seguridad que México vomita.

Y hablando de narco series, si alguien quiere repasar los dramáticos días del año 94, basta con googlear y encontrar toda la información al respecto, pero si no le interesa leer, pues véalo en los documentales de la tv de paga, unos muy buenos, otros, muy chafas como la “rosa de Guadalupe”.

Si la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) trae ganas de hacer algo con su vida, que mejor se concentre en el México bárbaro de nuestros días, el de los niños con Cáncer, el de los feminicidios, el de los miles de huérfanos producto del crimen organizado, las caravanas migrantes o el de los colegas periodistas amenazados o asesinados.

Si la CNDH de Rosario Piedra Ibarra, quiere desquitar el salario, que demuestre que puede con el paquete de la venta de niñas en Guerrero, de esas, que dice el presidente, casi no ocurre.