Los jesuitas llegaron al país en 1572, evangelizadores y constructores en gran medida del México que conocemos, distinguidos por ser una especie de ala
rebelde, contestataria y de avanzada iglesia católica en prácticamente todo el mundo. El propio Papa Francisco es jesuita y se caracteriza por tener mente abierta
El lunes pasado tocaron a dos de los suyos, un criminal, apodado “el chueco”, acompañado de un grupo de sicarios irrumpieron la iglesia de Urique, comunidad de Cerocahui, en Chihuahua. Iban en persecución de un supuesto guía turístico de nombre Pedro Palma, el cual habría llegado herido hasta la capilla, ahí, dos sacerdotes le auxiliaban; Javier campos de 78 años de edad y el otro padre Joaquin Mora de 80. No hubo piedad para los tres, fueron masacrados, sus cuerpos fueron salvajemente demolidos y las imágenes a las cuales tuvimos acceso, revelan la trilla de sangre al ser arrastrados, se llevaron, pues, los cuerpos de los dos jesuitas y el laico.
El presidente de México, un especialista en distractores, se extravió desde ayer en la mañanera en una serie de respuestas que se asemejaban al balbuceo de aquellos que son pillados infranganti… sabe que no es lo mismo, burlarse de los conservadores que acusan están detrás de las feministas o de la lucha de los niños contra el cáncer que topar con el muro histórico, pensante y de enorme influencia que significan los jesuitas.
La primera sacudida fue con la masacre de los LeBaron en babispe, pero una cosa son los protestantes y otra el Vaticano.
Sabemos que este país vive una insuficiencia social total, que la metástasis de
violencia y destrucción del tejido de las instituciones llevan un ritmo peligroso, solo que los picos en este tipo de casos van escalando, sin que el estado mexicano quiera ponerle un freno al poder de los cárteles de las drogas, mismos que han encontrado en el gobierno de López Obrador a uno de sus mejores aliados.
López Obrador escogió a sus enemigos entre periodistas, investigadores, universitarios, feministas, niños con cáncer, ambientalistas, españoles, clase media, empresarios y líderes de oposición, pero no a los señores de los cárteles de las drogas… a ellos se les ha llevado a una grotesca burbuja de impunidad y protección, tanto, que la orden clean a las fuerzas armadas es no agredirlos, una ampolla que ya duele y mucho entre los buenos hombres y mujeres de nuestro ejército y marina, y cada vez más, en la guardia nacionales.
La comunidad jesuita en México y el mundo ya reaccionó, están indignados y no solo por la ejecución de dos de sus hermanos y un laico, sino porque llevan más de tres décadas denunciando lo que en Chihuahua y en muchas partes de México sucede. La región tarahumara es tierra de sembradíos y trasiego de enervantes, las ejecuciones son cosa de todos los días, únicamente que ahora duele más porque les tocó a ellos.
El Papa Francisco ya hizo suyo el clima de violencia que en México se vive, López Obrador sabe que a la santa sede no le puede contestar con un “lo que diga mi dedito” o un “fuchi, guácala”. Esto ya es de otra dimensión y el poder del púlpito de la iglesia católica, pero sobre todo, la influencia e historia de la hermandad jesuita son mucho muy determinantes en la construcción de la conciencia colectiva … Algo que no se puede distraer con un par de canciones en la mañanera.
Lo dijo don Quijote a Sancho panza, “con la iglesia hemos topado”. ¿Lo dimensionarían en palacio?
No es regaño, es Picotazo Político
Miguel Ángel López Farías
Historiador. Director y conductor del programa radiofónico 'Urbe de Hierro', transmitido por ABC Radio 760 AM de 4 a 5pm.
Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).
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