Al inicio de la Revolución Cultural en China, el presidente Mao declaraba que tenían que volver a los orígenes ya que la burocracia apoderada del control económico y político de la nación, mantenía una separación en la confianza de las gentes, y para
ello, se “castiga” a los funcionarios públicos para que tuvieran un tiempo de reflexión y de trabajo, tal como lo hacían los campesino o los obreros en el campo y las fábricas, tenían que vivir como ellos y hacer los mismos trabajos, así fueran los más “despreciables” como el de sacar la basura. Esta política impactó al mundo, pero tiempo después, incluyendo los cambios políticos de la sociedad China, sabemos que todo esto ha brindado un gran resultado al grado de poner a China al nivel de las mejores economías mundiales y no, no se espanten, no propondremos esto para los mexicanos con el gobierno de AMLO, no, simplemente que ya nos imaginamos y hemos platicado con algunos altos burócratas y funcionarios que sienten que se les termina la ubre presupuestal y tendrán que retornar a la iniciativa privada, con bajos sueldos, porque con seguridad los empresarios y financieros que les patrocinaban sus corruptelas y complicidades, tratarán de marcar un nuevo estilo, y primero, afectarán los salarios de los ejecutivos, y de ahí, para el real, claro que a los dueños y socios del gran capital no se les afectará en lo más mínimo.
Hace algún tiempo, recorría varias de las zonas altas de la ciudad de Oaxaca, lo hice en mototaxi, en camión, vistiendo como uno más de entre los jodidos de la zona, es la región donde miles y miles de gentes llegan del campo a la ciudad para buscar un poco de calor humano y de comida para ellos y los suyos, y como no tienen casa, son los sin techo, se construyen casuchas de palos y desperdicios de latería, y ahí, con algún camastro o una hamaca, con unos cuántos platos y un anafre para calentar y hacer su comida, con un tambo de doscientos litros para almacenar agua y un foco de luz robada, sobreviven y dejan, las señoras y los señores a los críos al cuidado de los mayores, mientras ellos van a trabajar o buscar trabajo de lo que sea, por las calles de la ciudad o piden una moneda, y he visto a muchos, llegar de huaraches y sin saben el español, trabajando de vender periódicos y subir al tiempo, y todo el día andan entre los carros vendiendo y sobreviviendo, y así fueron creciendo los niños, y cuando llegan a mayorcitos se encuentra con la terrible y dolorosa realidad: o te conviertes en un miembro de la pandilla o están podidos, porque los otros te podrán joder y nadie te respetará, y de ahí a la música, al churro, al trago, a la vagancia, pues total, no hay ni jale y siempre han sobrevivido con un taco de frijoles y apestando porque no se pueden bañar y entre el calor o el frío y la angustia del no saber cómo será ni el momento presente, porque si no aceptan, son apaleados o mancillados, navajeados y las niñas violadas y prostituidas y así se van conformando las pandillas y de ahí, salen los ladrones y los viciosos y los que controlan el vicio, la prostitución, el tráfico de gentes y de armas y de mercancías robadas, y sobre todo, controlan la drogadicción y las tienditas y el territorio que defienden con los miembros de las pandillas que se van convirtiendo en sicarios y en jefecillos, total, nadie necesita estudiar para robar o para matar, si ni siquiera hay empleo ni posibilidades de entrar a la escuela, porque en la UABJO, cobran a los alumnos por nueva inscripción un promedio de ocho a doce mil pesos y eso al contado, para que puedan ingresar aunque hayan pasado el examen de admisión, hay que caerle para el Rector y para el mantenimiento del ejército de porros que controlan la droga y la violencia dentro de la casa de estudios por instrucciones de los “chapos”, dos ex rectores que gozan de impunidad y buenas relaciones políticas que les brindan impunidad.
Y chínguese mi buen, pues en cada calle, al pasar de una colonia a la otra o al pasar de un territorio al otro controlado por las pandillas, muy al estilo gringo, te van cobrando derecho de paso, lo hacen en pleno día, y nadie pita porque saben que de no dar los pesos que le solicitan los jefes pues no los dejan pasar y los desvalijan y les roban todo y hasta lo pueden violar o navajear para que vaya aprendiendo y no ande como ,sacándole al bulto. Ahí se vende mezcal por copas en cada esquina o se consigue la marihuana, o la goma para el piquete o la coca corriente o la base, y ahí también están las wuercas para lo que se ofrezca, desde un jalón hasta un revolcón, y hay que pagarle por adelantado al padrote que se encarga de ellas y da cuentas al jefe, y así va subiendo el rol de cada uno, y al poco tiempo, los campesinos que salieron con una esperanza de mejorar la vida de todos se dan cuenta de que viven una gran tragedia, porque sus hijos andan perdidos en la droga, el vicio del trago o la prostitución y nada que poder hacer, todo se chingó como me decía llorando un joven con su esposa que llegaron de un pueblo muy lejano para buscar una vida mejor… no se sabe cómo, pero ahí tienen la tragedia y el narcotráfico permea hasta en las mejores familias y vemos a algunas chicas y chicos de las clases acomodadas ir en peregrinación para conseguir el wuato o el churro o el pase o el piquete y la sociedad se va descomponiendo, y en esas zonas marginadas, nadie tiene más control que los aprendices de mafiosos, muchos, controlados por policías o funcionarios y políticos que les utilizan para eliminar a sus contrincantes o bien para que ellos les den dinero de todo ese enorme negoció que va prostituyendo a toda la sociedad, y me pregunto: ¿Solamente con buenas intenciones y ejemplos cambiará esta realidad en el próximo gobierno?