Badiraguato, Sinaloa, siempre ha sido una zona donde se cruzan las
historias increíbles, donde la pobreza o la desesperación invaden los corazones de cientos de mujeres todos los días cuando sus hombres o sus hijos salen al campo y no saben qué pasará, si fueron emboscados o fueron detenidos o simplemente huyeron en el peligro, todos saben, cuándo hay fiesta, porque corren la cerveza y el mezcal o el tequila y las bandas van a todo lo que dan, hay alegrías pasajeras y angustias permanentes, son pueblos donde la sierra se mezcla con la belleza de los plantíos de amapola en sus coloridos y bellas flores y cuando hay rallada, cuando los niños, las mujeres y los hombres salen a los campos a rallar la planta y recoger las lágrimas de la misma que calma a los adictos o sirve para elaborar calmantes de alto nivel o bien, cuando la marihuana, de la mejor calidad, dicen en la zona, comienza a florecer y a sacar semillas, “los coquitos” y se va a cortar las colas y ponerlas a secar y estar al cuidado de que no se mojen porque pierden valor o no se sequen de más porque pierden peso y a esperar a los compradores, a los compas que llegan con pesos o con oro, dicen ellos, dando y repartiendo dólares, no los de dos que trae el señor presidente, no, de los verdes que circulan como si fueran normales y es cuando se contratan a las bandas para mostrar que les ha ido bien y se hace la pachanga y el baile y la borrachera y las mujeres a tortear y a traer la carne para la parrilla y las salsas y las risas y … las angustias cuando van pasando los días y la violencia retorna por las casas y las rencillas se violentan y la muerte llega como sin pedir permiso, como si nada, simplemente llega y los hombres recios, inteligentes, zorros, cautos, enamorados, siempre andan a las vivas y llevan ocultas las pistolas y. las torcas van y vienen por los pesados caminos o por las veredas. Badiraguato es la tierra de gente buena, de gente que le tocó nacer y desarrollar ahí, esperando cosas nuevas y cosas buenas o malas, lo saben todos y ahí nacieron y crecieron y los vieron de morros a Amado Carrillo, a Caro Quintero, a Don Neto, al Chapo, a tantos otros que han formado la imagen de la zona y. ahora. llega Andrés Manuel López obrador, acompañado por el Gobernador y llegan con unos cuántos ayudantes, ni siquiera armados. y la gente se desborda. por vez primera llega un presidente a la región después de hace ya muchos años y llega y dice que no hay que creer que la región es de gente mala, son gente buena y trabajadora y es verdad, y promete una Universidad y carreteras y auxilios y la gente corea y grita: Es un honor estar con Obrador” y después de discursos y fotos y saludos y canciones y gritos la gente se va yendo antes de caer la tarde, es lógico que AMLO traía sus medallas y estampitas y sus doscientos pesos y el billete de dos dólares y dice que la suerte es clara en un proceso político y que la suerte ayuda a cualquier nivel a avanzar y andar bien y no hay duda, cuando menos, el presidente, la trae derecha, anda con suerte y confiado con su gente, entre el pueblo y sonriente posa y, seguramente, pasará a la historia por ser el hombre que más fotos le han tomado con celulares.
“La Suerte en la política cuenta mucho” y no solamente en la política, en periodismo, en el deporte, en todo” y pues él, como buen deportista lo sabe, y por ello ese pensamiento entre mágico y religioso, me recuerda aquella anécdota de una viejita, cuando en un temblor en Oaxaca, la esposa del gobernador Vázquez Colmenares, tenía en la plaza principal una recepción de donativos que se destinarían a los damnificados, entre la cola se formó una viejecita descalza, con el chal medio roto, portaba entre sus manos arrugadas y con unos ojazos negros hermosos y una cabellera larga llena de canas, una pequeña cajita, al llegar ante Anita, le dijo. solemnemente: “Yo soy pobre, solamente he traído unas nueces que son alimento para el cuerpo y unas estampitas que son el alimento para el alma” y dentro de ese espíritu, Andrés Manuel, conocedor del alma humana de los mexicanos, sabe la importancia que traen las estampitas, las medallitas, los amuletos que la gente le brinda con devoción y cariño, y por eso las porta, son su protección y su guía, no hay duda:
“Detente, Satán maldito, no abuses de tu poder… si a mí me vas a joder….” “Jesús me ama y me protege”, la “virgen de Juquila o la de Guadalupe, la morenita, lleva tu protección” y eso es lo que vemos, lo que trae encima y no sabemos cuántos amuletos y bastones de mando portan en su casa, cuántos amuletos le protegen, cuántos incendiarios queman en el día el copal o el incienso, no sabemos cuántas veladores están prendidas para brindarle la luz y el buen camino, el buen rumbo, el quitarle las trancas, el protegerle en el mundo, en fin, ese mundo mágico religioso es importante no como lo que hacía doña Margarita López Portillo, trayendo al lama menor del Tíbet o protegiéndose y limpiando las instalaciones del canal 13 o las oficinas donde despachaba o trayendo en su bolso el trébol de cuatro hojas y, las malas vibras, no la dejaban, porque a lo mejor Dios le brindaba apoyo pero ella no lo entendía y dejaba a su lado a los que traían malas vibras y los motivaban los intereses , negocios y ambiciones no servirle a la gente, por ello, cuando vemos esto, entendemos eso de que : “las nueces son el alimento para el cuerpo y las estampitas son el alimento para el alma”…