En los tiempos de crisis económica y pandemia, la inseguridad política genera conflictos en la estabilidad política en muchos países.
Así la inseguridad en la salud está provocando esos brotes de descontento y desconfianza en muchos sitios. Sin duda, no podremos olvidar que AMLO es un experto para detectar esos brotes de inconformidad y se ha dedicado a buscar soluciones en la adquisición y distribución de medicamentos, y muchos nos hemos preguntado las razones por las que en algunos estados, políticos ligados a su grupo y que se han beneficiado del saqueo y las adquisiciones de medicamentos que no entregaron o fueron sustituidos por medicamentos chafas y por medio de coyotes ligados a importantes bandos de los organismos privados que tenían compromisos con el presidente Peña Nieto gozaron de esos contratos y se llevaron, como en el caso de Oaxaca, se dice, cerca de diez mil millones de pesos con lo que primos, compadres y lavadores del gobernador Gabino Cué, se beneficiaron por cientos de millones de pesos en esos turbios negocios, y hasta la fecha, ni se habla de ellos ni se sabe del avance de las investigaciones, porque al parecer hay algunos acuerdos para aplacar el escándalo que, según algunos expertos, afectaría en mucho la credibilidad de algunos políticos dispuestos a competir en el nuevo proceso electoral del 2021, y bueno, como que en algunas cosas los intereses obligan a que nos sigamos haciendo como el “Tío Lolo”: pentontos solos…
Ya hemos comentado que en la crisis de salud y la económica al parecer por los temas del estrés y mala alimentación y falta de ejercicio los malestares obligan a miles de ciudadanos a recurrir a la medicina privada y a consumir los productos que les recetan, pero los medicamentos por si no lo han notado, aumentan sus precios cada semana o cada mes con muchos pretextos, pero el asunto es que en poco tiempo los precios aumentan más de cincuenta por ciento y afecta la economía familiar y la salud.
Se habla de la atención obligatoria para todos en forma gratuita y con la entrega de medicamentos gratis y, pues sí, se habla, pero no se concreta en su acción en las calles y las poblaciones, nadie sabe a dónde recurrir para recibir esa atención ni se conoce de cómo opera el servicio y esto es lo que genera irritación y desconfianza, no en el presidente, sino en los encargados de la salud en el país, por ello muchos nos dicen que todos los días nos dicen los encargados de la “publicidad política del presidente” de cómo vamos muriendo estado por estado y que hacen exactamente como lo hacían los economistas: nos comentan del número de muertos pero no de sus posibles razones y menos de cómo evitarlas. Como los economistas: les pagan por explicarnos por qué estamos jodidos, no de cómo se evita la jodidez…
De alguna manera, por ejemplo, el famoso Dr. Gatell, que ahora se queja del constante acoso que recibe de muchos comunicadores que le exigen respuestas y no simples datos que pocos entendemos, comenzó a comentar sobre el que enfermedades crónicas generadas por el consumos de refrescos y comida chatarra afectaban mucho más a los pacientes y de cómo con esas razones el aumento de muertes era de tal nivel y, entonces, desató la furia del meritito “Diablo”, lo curioso es que desde hace años se ha comentado sobre este tema y de los mecanismos urgentes para evitar su consumo y obligar a la población a tomar medidas para controlar su peso, evitar enfermedades crónicas y a que realice ejercicio, pero, pues ¡lástima Margarito!, nada más comenzaban y los cañonazos de dinero convencían al silencio y los respingos del “diablo” se imponían igual que los de las empresas trasnacionales que son las que se encuentran cercanos a esos negocios, pues operaban las presiones para que los “bocones” guardaran silencio y así también, hay que reconocer que la publicidad de esas empresas refresqueras y de consumo de alimentos chatarra, tiene tal poder en esos medios que amenazándoles con que suspenderían la PUBLICIDAD les convencieron a muchos, no solamente a vender sus espacios publicitarios sino también su conciencia y su silencio, no hay duda: el Diablo no es Diablo por viejo sino por su enorme poder corruptor y su poder político y económico, de tal suerte que en el país, mejor se calla y no se habla de este tema, no se vaya a encabronar el diablo y saque chispas… y elimine la publicidad…
Y si los médicos saben que por los refrescos y la comida chatarra hay mayor cantidad de enfermos y defunciones pues ellos mismos deberían controlar este tema y exigir la solución, ya sea cerrando este tipo de “empresas cuyos productos matan” y obligando a que las autoridades actúen, pero, pues no, la ley del silencio les hace cómplices de esta matanza. Lo mismo sucede con presidentes municipales, es curioso, cuando usted piensa por ejemplo en abrir un negocio de comida y poder vender cerveza lo costos son brutales y las trabas enormes, pero a las tiendas de OXXO y otras similares les dan permisos sin conflictos ni problemas, de inmediato, a pesar de que por cada tienda de esas cierra más de treinta tienditas de barrio, y se nos comenta que la razón es que ese grupo y otros similares tienen convenios con los gobernadores y con los presidentes municipales y reciben algunos moches mensuales de ese grupo malhechor y dañino a la salud de los mexicanos, pero negocios son negocios y siguen operando sin tener que preocuparse, porque el Diablo se puede encabronar y parar los “moches” y así pues se puede hablar de la lucha en contra de la corrupción y no dejar de hacerlo, cuando en la realidad, continúa en cada esquina del país…
Los medios siguen siendo los principales beneficiarios de la “publicidad de esos grupos empresariales” y con el pretexto de que se venden espacios y no conciencias pues se deja hacer todo tipo de publicidad, pero cuando esos grupos exigen silencio a los medios o a los críticos, pues hay la suficiente presión y se calla y el gobierno también lo hace y sigue la matazón, total, los ciudadanos ya saben los peligros, nos dicen, y nadie tiene derecho a evitar que los consuman… así que si saben y lo siguen consumiendo es su problema no del gobierno, a pesar de que con los recursos financieros del gobierno se tengan que atender a miles de enfermos por su causa, y ellos, siguen ganando, y el pueblo, sigue pagando… buen negocio, no hay duda.