Una larga cola de “compradores” con cara de “what” formaban sobre la avenida de Miguel Ángel de Quevedo porque además de la crisis económica la “Librería Gandhi Oportunidades”
ya no era una librería muy rentable, según lo declaraba Alberto Achar, se había convertido en una de las menos rentables de las 44 sucursales de esta querida y añorada librería. Muchos de los “formados” algunos tristes y otros consultando los posibles libros que se pondrían a “remate” para el cierre estaban firmes, se escuchaba por ahí que alguno al que sus cuates le decían “doctor”, no por médico sino por el nivel de doctorado que tenía, le platicaban sus cuitas para conseguir empleo, ahora, mucho más difícil porque no importa que ya tengas la maestría y andes en el doctorado, las angustias familias les llenan de terror y miedo al presente y futuro, algunos reían sobre las pláticas sostenidas con sus padres y parientes que se “alarmaban” porque el chico no conseguía emplearse, y otros, protestaban porque no siguió los consejos de los familiares para que estudiara tal o cual carrera que garantizaba desde el final un empleo, otros comentaban indignados las ofertas que recibían después de andar en colas interminables para los solicitantes, porque cuando de “suerte” les decían que sí, la oferta de salario era indignante, ni que fueran taxistas o taqueros, ellos, ganan más, ahora, sin ningún estudio que los que han estudiado, y esa realidad se les refleja en el rostro con una indignación, resentimiento y frustración porque muchos entienden que no es cosa particular sino una situación del sistema y de la economía total, pero al final qué pinche culpa tenemos nosotros y explican con indignación que los sueldos ofrecidos son menores a los del año pasado, porque el “presidente anda de chillón y bajándose el salario”, pues sí, al final, dicen que él no tiene problemas, no tiene más que un hijito que depende el la familia por ser menor y su esposa pues tiene todos los chances de tener empleos y recursos por conferencias y libros y así, además, no gastan de su bolsillo por mantenerse, nada gastan, ni para los chocolates, y el odio visceral se va reflejando en sus caras angustiadas y resentidas. Y lo que dicen tiene lógica, muchos no tuvieron más que los apoyos para que estudiaran y sus padres no contaban con recursos ni con una amplia red de “relaciones públicas” que es la que garantizan las escuelas particulares, los fifís con los fifís, incrustados incluso en la política y ya vemos sus resultados desde De la Madrid y los “hijos de la …” de los demás gobiernos, incluyendo al que ahora anda de llorón, como Emilio Lozoya.
No les importa ver si es en verdad una víctima del sistema o un simple ladronzuelo de gabinete y de cuello blanco que aprovechara la oportunidad para chingarnos a todos o si en verdad lo “obligaron” a manipular las redes de la gran corrupción, incluso, antes de que ganar la elección con el equipo de Peña Nieto, eso les vale, pues que se chinguen, decían, es lo menos que se merecen…
Algunos explicaban que sus padres estaban hasta la madre de ellos porque ni trabajaban ni dejaban de costar y joder y ni siquiera tenían el valor de salirse de la casa paterna para tomar algún sitio independiente, y es que con lo que ganamos pues no sale, no da para más o nos vamos y no tragamos o nos quedamos y aguantamos los reclamos familiares y pues es mejor aguantar palabras que sufrir hambres…
Y lo peor es que al paso de los años se van acostumbrando a la soltería y la vagancia, total, no hay futuro para ellos y es mejor tener perritos y gatitos que andar con chilpallates , ya vieron lo que tuvo que hacer Pepe, doblar las manos y perder el juicio y la dignidad y entró a trabajar como “burócrata”, dice que de subdirector porque él no es militante de Morena y el mero mero pues exige que se inscriban en el partidazo y que den trabajo voluntario y acción política o se joden porque solamente reciben las chingas y los peores salarios, y eso que decían que cambiarían las cosas pero no, la neta es que andan como cuando su papá era “juncionario” de la Secretaría y a él le fue mejor porque podía contratar a algunos cuates que solamente cobraban y el daban una mochada con lo que aumentaba sus ingresos y tenía oficina con baño y un buen sillón, para ya saben, ponerse a descansar y tirar alguna pestañita y podía disponer de chofer, gasolina, gastos y vehículo y pues así si valía la pena andar de “burócrata” no como ahora que nos pinches gatos de callejón porque se terminaron los de Angora…
Así perdían el tiempo y sacaban los resentimientos y frustraciones, explicaban que ya ni para ir a un restaurant ni al café, porque andan cariñosos, solo taquerías y lo mejor es llevar la “pachita” con el mezcal para pasarse los tragos sin que les cueste más. Ir por la novias, solamente en inicio de quincena porque anda con algo de dinerito en la cartera, porque si no ni siquiera alcanza para el “hotel, que ahora son jodihoteles”… y así despotricaban, porque al final vinieron reconociendo que ellos, con tal de joder al PRI y a los pinches PANISTAS pues votaron por AMLO, y que les viene a dar en la madre, quitó los chances solamente para los que estamos educados no para los jodidos que andan de revoltosos y chingando en las calles y siendo miembros del partido, pues sí creo, decían algunos, que en verdad ese Peje debe ser comunista, porque yo recuerdo que en la Uni veíamos aquellos apestosos y revoltosos que todo paraban y frenaban las clases para apoyar a Cuba o a los que decían eran presos políticos, pues a saber, la neta es que muchos de ellos andan bien al tiro en el gobierno y la hacen de tos y cansada, y cuando nos ven pues se burlan diciéndonos que somos fifís, cuando ellos andan en los mismos restaurantes y viven en las colonias donde estamos y traen carrotes con chofer y hacen negocios y transas, como antes, pero antes se daban a repartir y ahora solamente es para ellos… pues sería bueno, pensaban, que AMLO se diera una vueltecita por las librerías que andan cerrando y escuchar las conversaciones de los fifís que andan rescatando viejos libros a buen precio, como zopilotes en banquete, total, lo que se chingó pues se chingó, así, decían los presos en la cárcel…