La insultante intrascendencia del discurso.....¿presidencial?  

Como parte de la exposición permanente del Museo Conmemorativo del Holocausto en Washington D.C., se encuentra un espacio cerrado en forma de torre que, a lo largo de sus tres pisos, muestra a los visitantes un conjunto de casi 1000 fotografías antiguas pertenecientes a la comunidad judía de la ciudad lituana de Ejszyski que, en septiembre de 1941,
fue brutalmente masacrada por los Eisatzgruppen, escuadrones alemanes de ejecución itinerantes formados por unidades de las "SS" y por otros miembros de la policía secreta nazi que operaron principalmente en el frente oriental durante la segunda guerra mundial. Los cerca de 4,000 judíos, incluidos mujeres y niños, fueron violentamente arrancados de sus hogares y llevados a campo abierto donde fueron obligados a cavar las grandes fosas en las que serían ejecutados. Pero las imágenes que ahí se exponen no corresponden a los momentos infames de los asesinatos, ni muestran el horror de los cadáveres "anónimos" que se apilaban en el fondo de las fosas: se trata de escenas comunes de la vida cotidiana de aquella población, capturadas por el fotógrafo de la localidad de Ejszyski antes del desastre: un niño en bicicleta, un alegre día de campo, una reunión, una suntuosa boda, un grupo de hermosas adolescentes. Gente con una vida, una familia y un pasado, que nos recuerda algo crucial: Los muertos no son cifras, ni un número de folio en los certificados de defunción. Los muertos tienen rostro, hermanos, padres, hijos, ambiciones, proyectos y esperanzas; algo que parece habérsele olvidado al inquilino de Palacio quien, con su acostumbrada socarronería y su decir pausado, hace resonar frente al micrófono mañana tras mañana el interminable discurso de la intrascendencia. Afuera mientras tanto, entre peroratas y sospechas, acusaciones y ocurrencias, sin tregua ni recesos, las cuatro grandes tragedias de nuestro México de hoy siguen su curso implacable, haciéndonos imposible el mirar hacia otra parte: Los 17,982 homicidios dolosos del primer semestre del 2020, que podrían convertirse en más de 40 mil a finales de este año, mientras se niega descaradamente que existan las "masacres"; los 1,608 niños fallecidos por cáncer en medio del desabasto de medicamentos entre el 11 de diciembre de 2019 y el 3 de septiembre de este año; las 2,240 mujeres asesinadas en México en los primeros siete meses de 2020 (según cifras oficiales) frente a la absoluta indiferencia gubernamental, y los 87,894 muertos al día de ayer por covid-19 a causa de la ineptitud, el desprecio por la ciencia, la austeridad irresponsable y la pésima gestión de la pandemia . Cada uno de esos muertos tenía un nombre, una misión y un futuro, tal vez fotografías en los cajones de su casa, al lado de sus hijos, en medio de un festejo o en el patio de la escuela.
 
En tanto, el día de ayer, el excelentísimo habitante de Palacio dedicó su acostumbrado encuentro matutino a revelar ante la sociedad un hallazgo sorprendente, un verdadero hito que cambiará sin duda el curso de la historia: la similitud que tiene el logotipo de la nueva organización opositora a su gobierno "Sí por México", con la propaganda que usaba el dictador Augusto Pinochet en Chile. Afuera del salón de sesiones, los muertos de la calle abultaban las estadísticas y se marchaban para siempre, sin nombre.......y sin rostro.
 
Dr. Javier González Maciel.