A trump se le complica y se enoja. Va contra los medios porque detallan en
detallados reportajes sus vínculos con el gobierna ruso y las presiones que ejerció para que en campaña presidencial no se dieran a conocer detalles sobre sus relaciones íntimas con dos mujeres de fotos y cine para adultos muy adultos. La terquedad del muro en la frontera con México, descalificar a los migrantes, congelar administrativamente a sus propio gobierno, enfrentar con soberbia a los norcoreanos, detonar barreras para la firma de acuerdos comerciales, no cumplir con las estrategias mundiales en favor del medio ambiente y otra larga lista de tropiezos permiten sustentar que está al borde de la barranca. El cuerpo legislativo ya le guarda prudente distancia y el mutimencionado y carismático Bernie Sanders se lanza a una contienda electoral que bien le dará fuertes dolores de cabeza al presidente. Y Sanders va con el apoyo incondicional de los demócratas. Recordemos que el término en segundo sitio después de Hillary Clinton y curioso, pero este hombre de aparente tendencia de izquierda se ganó el aplauso de muchos miles de jóvenes. trump lo ha llamado “loco” y Sanders le ha calificado como “racista y sexista”. Sanders nació en 1941 y varios recuerdan su aparición en 1963 en la llamada “marcha de Washington por el trabajo y la libertad” donde Martin Luther King jr pronunció su histórico discurso “I have a dream”. Es un fuerte opositor a la política exterior de los Estados Unidos y denunció su abierta negativa a la guerra contra Irak. Ha sido, y ahí radica el apoyo de los jóvenes, activo defensor de la corriente LGTB. Para importantes núcleos sociales en el vecino del norte Sanders presenta mejores cartas credenciales que trump, por lo menos más coherencia e integración de proyectos