JOSE JOSE

 
En verdad sentí la muerte de José José por varias, muchas razones. Era un extraordinario ser humano. Parte de mi crecimiento emocional
durante mi adolescencia fue con sus interpretaciones. Siempre fue un generoso promotor del país. Representó una etapa muy importante en la vida artística del país. Ha sido y será uno de los intérpretes más trascendentes en la historia contemporánea. Su calidad y calidez profesional son excepcionales. Tuve la enorme oportunidad de platicar con él gracias a mi gran amigo Toño Moreno durante la entrega de reconocimiento del Salón de la Fama en Pachuca, Hidalgo. Me permití agradecerle el que me enseñara, cómo o a muchos, cantar sus canciones. Siempre sonriente y con la mano dispuesta. En ese evento Toño Moreno, enorme como las cosas que hace, promovió un convivio de excelencia con él y claro, pedimos un aplauso para el amor. Fue muy emotivo. Pero me sorprendió la reacción social en estos días. Observé cómo al interior de los microbuses, saturados de personas, iban entonando la letra de sus éxitos. En las calles la gente lo recordaba y frente a su escultura se reunieron para dejarle recuerdos y flores. Durante el partido entre Pumas y Santos de este domingo, al medio tiempo y al final del encuentro, el estadio olímpico cantaba, aplaudía y bailaba mientras en la enorme pantalla del recinto aparecía su figura principalmente cuando interpretó “El Triste”, durante el Segundo Festival de la Canción Latina en 1970. Antes, cuando tenía 15 años, interpretó el tema “El Mundo” lo cual le permitió su primer contrato discográfico. Su álbum “Secretos” impactó con sus temas “Lo Dudo”, “El Amor Acaba” y “Voy a llenarte toda”. De siempre se colocó entre los grandes. Su gran verdugo fue el Cáncer y a los 71 años murió. Leí y escuché que quienes lo conocieron expresaban en su deseo “descanse en paz” pero yo agregaría que ojalá y en donde esté permita que los sentimientos vuelvan a encenderse y que continuemos, como escribí líneas arriba, que continuemos pidiendo un aplauso para el amor.