Son tres estados del país que están heridos en verdad mientras sus gobernadores niegan
los hechos, no los enfrentan. Morelos con Cuauhtémoc Blanco, Puebla con Miguel Barbosa y Veracruz con Cuitlahuac Garcia. Las tres entidades sumidas en la violencia y el crimen. Es un corredor de terror. Este sábado recién pasado en Huatusco y Córdoba, Veracruz, siete muertos en un tiroteo muy similar al culiacanazo, de los fallecidos cuatro eran policias. Màs de cinco mil comercios están cerrados por temor. En Minatitlán queman establecimientos por no pagar cuota de piso. Además se localizó una narcofosa gigantesca sin un número indeterminado de cadàveres. Pero el gobernador veracruzano sólo atina a declarar que se tratan de casos aislados pero sin pudor, eso sí, se declara admirador de amlo luego de que el presidente lo ha calificado como un sujeto confiable. Hemos reportado como en Puebla la violencia, el secuestro y el robo se han incrementado notablemente. Y Morelos, mejor ni asomarse a Yautepec o Cuernavaca u otras localidades que están coptadas por criminales que incluso aprovechan los constantes cierres de carreteras y toma de casetas de peaje para extorsionar a los automovilistas sin que aparezca ninguna autoridad. Y los tres, los que se dicen gobernantes, prometieron que esto, las matanzas, no ocurrirían. Y detrás de la incompetencia o mentiras muchos mexicanos están siendo rehenes de los delincuentes. Pero eso sí, los tres burócratas corren, se dan prisa para acudir a todo tipo de eventos en donde el presidente pueda verlos, necesitan pues de vivir bajo la sombra protectora del mandatario tabasqueño que disfruta pavonearse de sus colaboradores y cercanos alegando que los corruptos son de otros sexenios y de otros partidos. Bien sentenciaron, amlo sabe que se equivoca pero no da marcha en reversa. Dirían en mi primaria, voy derecho y no me quito, si me pegan me desquito.