Menudo problema tiene el sector salud, sus cifras del coronavirus ni empatan y si se contraponen. Algunos
días y fechas no aparecen y los datos sobre fallecimientos en los Estados cambian pero no para bien, de un día a otro los muertos disminuyen. Y de nada ha servido la pedagogía cambiante de Hugo López-Gatell Ramirez qué pasa de epidemiólogo a historiador y de comediante a instructor. Las mañaneras ya son su salón de clases pero la confianza en los datos oficiales van en picada. Un ejemplo, nada se ha aclarado aún con nuestra insistencia si el campeón olímpico Carlos Girón y el periodista Eduardo Pasquel fallecieron de coronavirus o neumonía. De ser el primer caso, Girón, llevaba días hospitalizado en los últimos meses del año pasado. Y la pregunta es, por qué no contestar o dicho de otra manera, por qué ocultar la información y no aclarar los hechos. Y así, podemos sumar otros casos en donde las cifras bailarinas no permiten creer en las autoridades. ¿Ahora sí sale amlo a pedir que no salgamos de casa, que bueno diríamos, pero a dos meses de retraso y siendo el principal promotor de no corresponder a los protocolos sanitarios?. Insisto, por qué mantener por el momento los proyectos de Dos Bocas o la compra de estadios de béisbol cuando a diario crece el número de muertos? ¿Por qué se menosprecia el reclamo auténtico y enérgico de los médicos a falta de insumos para salvar vidas y de protecciones para su seguridad personal? ¿Por qué López-Gatell evada la pregunta de cuál es la razón de llevar a su hijo a una “mañanera” violentando las instrucciones de “sana distancia” que está pidiendo a la sociedad?. En fin parece hoy más que nunca que ellos, los del gobierno tienen sus propios datos pero que sin decoro alguno y para colmo cambian a su antojo todos los días. Mal, pero requetemal.