"México y Rusia nunca pueden ser cercanos, eso nunca puede pasar” es la señal de advertencia expuesta por Ken Salazar, embajador de Estados Unidos
en nuestro país, y es que una vez más AMLO se equivoca y Ebrard opera en contra del país. No fue suficiente el ridículo de apoyar electoralmente a Trump y atacar a España por “ladrones”... El gobierno controlado por AMLO va a contracorriente, contra la historia, contra los derechos humanos, contra la paz. Ya hemos visto cómo defiende al régimen cubano. Hemos constatado cómo apoya al régimen en Nicaragua. Aplaude a Lula Da Silva, ofrece asilo político a Evo Morales. Pero son gravísimas las afirmaciones del embajador ruso, Víktor Koronell, en Mexico, cuando señala que: ”No tengo ninguna duda de que lo que pasa no va a afectar las relaciones de Rusia con México, que sigue siendo uno de nuestros socios más antiguos e importantes en la región latinoamericana. Solo en 2021 nuestro cambio internacional aumento más de dos veces en comparación de 2021, por lo que se alcanzó 4 mil 800 millones de dólares”, y agregó que México no interrumpirá la compra de insumos a Rusia y que existe el compromiso mexicano de no apoyar a los ucranianos con armamento. Recordó que el 24 de febrero el presidente Vladímir Putin ordenó iniciar una operación para desmilitarizar y desnazificar Ucrania, así como para proteger a la población de la región de Dombás y de Rusia de la “amenaza militar de la OTAN”. Pero dijo que Rusia no empezó la guerra, sino que la está terminando. Porfirio Muñoz Ledo escribió: “Sorprende que diputados de la mayoría manifiesten su apoyo a Rusia, contradiciendo la posición de México en el Consejo de Seguridad que condena la invasión a Ucrania por ser violatoria a principios fundamentales de Naciones Unidas”. A todo esto pregunto, y quién se cree Alberto Anaya para motivar desplantes temerarios, absurdos, anacrónicos y muy escupidos respaldando a Putin? Anaya ya fue premiado por el instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, pero también se ha visto sumido en escándalos cuando se conoció una grabación, en YouTube, revelando imágenes y audios de tres encuentros entre una empresaria argentina y el hermano menor de Manuel Barreiro, un hombre de negocios que se ha convertido en un dolor de cabeza para el entonces aspirante presidencial Anaya porque lo vincula con un caso de lavado de dinero en un negocio inmobiliario. Más tarde acusó a la PGR de congelar sus cuentas bancarias, cuya beneficiaria era su esposa, Guadalupe Rodríguez, donde tenía concentrados sus ahorros “legítimos”. Sin embargo, fue girada una orden de aprehensión contra la esposa de Anaya, ya que la PGR la acusó de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita y financiar al terrorismo, debido a que recibió en su cuenta personal cien millones de pesos, en una historia franca de extraños desvíos. Pues ahora este sujeto, Anaya, se alía a un dictador como Putin que traspasa sus fronteras para violentar con fuego y detonaciones a otra nación. No estamos hablando de que Anaya y su grupo de petistas y morenistas respaldan un acuerdo comercial o un tratado cultural. Están apoyando una guerra, una invasión, un acto de agresión armado contra inocentes. Anaya invita al embajador ruso para expresarle su beneplácito. Anaya no está hablando ni representando a México, es un mediocre sujeto que intentó llegar la presidencia de México, pero que su reducida estatura mental lo invita a organizar eventos como este Grupo de Amistad México/Rusia que únicamente le llena su torpe imagen de comunista retrógrado. Tendría que existir una severa sanción por su injerencia en un conflicto de carácter mundial y que coloca a nuestro país en una posición de riesgo. El PT y Morena se atribuyen tareas reprobables. México no debe festejar la aniquilación de un pueblo por la razón que sea. No debemos estar del lado de quien envía bombas a centros hospitalarios o unidades habitacionales. No podemos siquiera en el discurso ser simpatizantes de gobernantes criminales que utilizan el poderío militar y a sus soldados para condecorarse como líderes. No olvidemos el escándalo que generó Marcelo Ebrard, como cuando Jefe de Gobierno instaló una plataforma de reconocimiento a un dictador comunista de Azerbaiyán, como Heydar Alivey, en pleno Paseo de la Reforma. Pero también el gobierno de AMLO/Sheinbaum, mostrando poca sensibilidad, colocaron en la CDMX una escultura en donde descansaban en una banca Fidel Castro y Ernesto Guevara mientras retiraron de Reforma la imagen de Cristóbal Colón. La tendencia es clara en este gobierno, pero una cosa es presumir una ideología y otra estar de parte de un asesino a nombre de toda una nación. AMLO ya ordenó que toda aeronave rusa puede usar nuestro espacio aéreo y que no se suspenderán las compras de insumos a Rusia. Podemos estar al límite de una confrontación armada sin límites y México no puede participar en ello. No dire que nuestra “vocación” es pacifista porque ese fraseo me suena hueco, pero si queremos sobrevivir y ser congruentes, además de no poner en riesgo la seguridad nacional y la economía, nuestra manifestación más clara y contundente es por la solución dialogada de las controversias bajo esquemas de respeto y tolerancia ni abanderando a criminales de guerra.
Carlos Ramos Padilla
*Conductor del programa VaENSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135