En días pasados acudí casi de manera simultánea a dos eventos: el concierto de Air Supply y a la presentación del libro
“El Rey del Cash” con Luz Elena Chavez y Anabel Hernandez. En el primero se vivió un ambiente cordial, de fiesta. Este dúo ha logrado capturar los ruidos provocados por la naturaleza o el ser humano, les dan ritmo, armonía y logran la magia de transmitir a través de la música. El británico Cyril Graham Russell ofreció un poema, anticipó que lo haría en inglés pero que solicitaba poner atención a la fuerza de sus palabras y a la pasión. También contó que a los 13 años era muy alto, tímido y se aislaba para componer canciones de amor. Era solitario creó amigos imaginarios y en su fantasía a una novia a la que le componía. Sin importar el lenguaje, como su música, Graham, cautivo, lo logró, rompió fronteras para nutrir sentimientos, movió lo mejor de todos los presentes hablando de lo
majestuoso que es la vida. En la presentación del libro se urgió a promover la unidad y acabar con los despojos y engaños. Se habló de la magnitud de nuestra Patria. Un colega tabasqueño reconoció que confió en AMLO y votó por él. Dijo que no se arrepentía pero que estaba cargado de tristeza. Por su parte Anabel Hernandez pidió un trabajo en conjunto razonado y maduro para saber qué y a quién elegir en las urnas. Le preguntaron a Luz Elena si era valiente, y claro que lo es y más siendo mujer. Estaba, y lo digo en serio, ante un público cobarde porque muchos asistentes votaron constantemente por AMLO, pero más allá, los políticos ahí sentados fueron responsables que AMLO llegara a la presidencia. Lo toleraron, lo aplaudieron, lo financiaron. AMLO los traicionó y ahora preguntan a una dama si es valiente cuando optan por guardar silencio, por esconder su historia acompañando a AMLO a convencer a los pobres. Ahí están sin la categoría y temperamento de Luz Elena y Anabel, guardando un cómplice silencio ante un par de periodistas con más agallas y pundonor. Y esto me obligó a pensar que el haber votado por AMLO no es materia de tristeza o arrepentimiento sino de responsabilidad. Sabíamos quién era: un activista que violenta a a la ley, un hombre que engañó con sus ingresos, que fomentó un plantón en Reforma, que promovió un “cerco” en el Senado para evitar las Reformas al país, que traicionó a muchos en diferentes partidos, que se burlaba de la sociedad calificándonos de “pirrurris” y “lo que diga mi dedito”, le aplicó el “cállate chachalaca” a un presidente, se autoimpuso el “presidente legítimo”, abusó de los barrenderos de Tabasco y dejó a una CDMX insegura, llena de ambulantaje, con el transporte en anarquía, corrupción de sus más cercanos e incluso más pobreza. ¿Entonces por qué confiaron en él con estos antecedentes? Y estoy hablando de un periodista informado como se presentó Antonio Aguirre. ¿Pero qué pasa desde el inicio del día en las mañaneras?, nos encontramos con un sujeto despiadado que es la antítesis de mis ejemplos anteriores. Es un hombre que despierta odio, separación, encono. Ni busca la ARMONÍA, sino por el contrario destruye lo construido y sólo piensa en actos que lo coloquen a perpetuidad como mesías. El país no le importa, goza exhibiendo a sus oponentes, crea espacios para saber quién miente más. Yo en lo personal invertí muchos años de esfuerzo, de resistencia, de tenacidad, con apoyo familiar, para ganarme una acreditación universitaria, un grado académico para ejercer mi vocación y mi profesión, pero resulta que el tabasqueño así de un plumazo, ocurrente y ofensivo, me califica con toda impunidad como fifi, conservador, chayotero, cretino, hipócrita, neoporfirista y todo por no hacer y pensar como él quiere. AMLO, contrario a Air Supply, busca a la ARMONÍA para convertirla en ruido. Lejos de atender críticas bajo rigor periodístico como lo hizo con garantía constitucional Luz Elena Chavez la llena de menosprecio e insultos. Las redes están saturadas de una peligrosa guerra de difamaciones, advertencias y venganzas promovidas desde Palacio Nacional y repito usando como punta de lanza a un extranjero español comunista. AMLO está desesperado y angustiado porque la sociedad ya se está dando cuenta de sus patologías y megalomanía. Estar del lado del crimen organizado y abandonar a grupos vulnerables o víctimas de corrupción como en el Metro lo dibuja tal cual. Dando dádivas o asistencia social a los pobres no los sacará de su bajo nivel, sólo comprará su voto, su conciencia, hoy hay más pobres en extremo que nunca se había visto. Por ello el impulso a rechazar la idea de que gente pensante le otorgó confianza para gobernarnos y ahora sienten tristeza, tal vez esa misma que hunden a millones de mexicanos en la desesperanza, desesperación y abandono.
CARLOS RAMOS PADILLA*
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio