Se suman cada día más denuncias de atentados contra templos católicos en diferentes regiones del país.
Se retira mobiliario, se destruyen imágenes, se evita que los fieles ingresen a las iglesias. Ahora pretenden prohibir los adornos de navidad fundamentalmente los nacimientos. Y en eso se entretiene la Suprema Corte de la Justicia de la Nación en un país cargado de impunidad, nepotismo corrupción e incluso homicidios dolosos y feminicidios. En un municipio del estado de Yucatán se dieron a la tarea de cumplir con el gusto anual de poner su tradicional interpretación del nacimiento. Pero a una agrupación que se dice defensora de los derechos humanos declaró que esto corresponde a un acto que atenta contra el estado laico. Este tema ya cubrió al tapete nacional y por si nos faltara poco se abrió un debate acerca de la muy probable prohibición a colocar nacimientos. Y esto evidentemente implica un nuevo enfrentamiento entre las autoridades y la Iglesia. Y no es la primera vez que Derechos Humanos inyecta controversia y polémica innecesaria en un tápate muy delicado de prioridades que no se atienden. Este domingo trece la lección cívica que se vivió en todo el país a razón de defender a la democracia marca un parteaguas para el gobierno federal que tiene que aceptar la pluralidad y diversidad de opiniones. Usar desde el poder grupos de choques o generar imposiciones arbitrarias puede detonar reacciones que se saldrían de control. La paz con que se han llevado los cambios de gobierno y la limpieza con que ha trabajado el INE han sorprendido hasta el inicio de este sexenio al mundo entero. Hoy eso se quiere destruir y se destina tiempo y dinero a iniciativas poco productivas desde tratar de imponer al béisbol como deporte nacional, suspender las corridas de toros, hasta prohibir las celebraciones religiosas. Funcionarios acomodaticios e inoportunos como Marti Batres estimulan la idea oficial de que este domingo tomaron las calles de la CDMX únicamente 10 mil personas para defender al INE (¿el gobierno concluye que fue una marcha contra AMLO y Sheinbaum, y si así fuera qué?). Esta semana que termina se dieron dos eventos preocupantes por la intención de censura: evitar la presentación del libro “el Rey del Cash” e impedir la libre manifestación colectiva (caso diferente al bloqueo de Reforma impuesto por AMLO cuando permitió y alentó que masas dañaron la economía de la capital y del país aun cuando sarcásticamente AMLO refiriera que “no se rompió un solo cristal”). Las cosas están cambiando, el presidente está preocupado y molesto pero sus ocurrencias cada vez toman tonos extremos y radicales. Ya no sólo le molestan imágenes de la conquista sino hasta las religiosas. Mal andamos.
CARLOS RAMOS PADILLA
@cramospadilla
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio