Lo he dicho y lo sostengo, los debates no son debates, simplemente corresponden a un evento organizado por los
partidos políticos para el lucimiento superficial de sus abanderados. Los grupos políticos escogen los temas, a los moderadores, la dinámica, hora y día. Dejan que sus ponentes se luzcan hasta en temas que no conocen, menos manejan. No improvisan, llegan bajo un guion preestablecido que ensayan y se lo aprenden para intentar apantallar al elector. Este domingo vimos una feria de acontecimientos que nada abonan al país. Xochit llegando en bicicleta, Dante Delgado disfrazado de beisbolista adolescente, Manuel con guardería, Sheinbaum arrogante, muy sobrada. Analistas midiendo hasta el factor “alegría” como si se tratara de un show de comediantes. Todos los acompañantes gritando “presidente”, “presidenta” de acuerdo a sus intereses momentáneos. Un encuentro de aspirantes rígido donde el valor no era el contenido sino la distribución de minutos. Sheinbaum sin aportar, distante de los demás, prepotente marcando sus tiempos y temas (como ocurre en la mañanera), cargada de protagonismo, enojada e incómoda. Xóchitl muy nerviosa ganando credibilidad, confianza en sí misma, cuestionando sin obtener respuestas, proyectando y evidenciando manejo de temas. Maynez con una sonrisa fingida, con golpeteos sin orden, buscando sobresalir cuando en realidad estorbo, llamando la atención con lenguaje de sordomudos, sin mostrar madurez. Un primer “debate” aburrido donde el color lo tenía la escenografía no los participantes. Moderadores que únicamente son contratados para medir tiempos, leer preguntas y en ocasiones, como lo hizo Sheinbaum, ser regañados. No aportaron los candidatos mayores datos que en sus arengas callejeras. Lucieron la corrupción que hay en el país pero que tampoco aceptan. No se comprometieron formalmente a nada, evadieron, fueron a un “round” de sombra. Sheinbaum no sabe cómo defender lo indefendible. Para ella no hay inseguridad, ni muertos, ni corrupción. Se engaña a sí misma engañando a los demás. Como amlo no se respeta y no sabe respetar a los otros. Xóchitl tranquila sabe que de lo único que le pueden reclamar es que le va al Cruz Azul, de lo demás está limpia y entonces puede enfrentar con la vista, cosa que rehuyó Sheinbaum. Xóchitl debe ya cambiar. Tiene que entender que busca ser Jefa de Estado. Le sobran ya sus posturas de indígena mal hablada. Para ser hay que parecer. Sus ataques los formularon a través de carteles y fotografías, les ganó más la ilustración que el lenguaje. Su oratoria fue barata, sus expresiones demasiado sencillas. Como siempre los tres festejaron haber ganado, como siempre a la sociedad le queda la tarea de producir memes. Sheinbaum con reiteraciones que no se le creen. No corresponde lo que afirma con lo que se vive en la CDMX. Xóchitl destacó y confirmando que los programas sociales no se suspenden, no se cancelan, se refuerzan pero con orden, a quien los necesite y merezca. Hizo énfasis en la salud, en la educación, en la seguridad con todo y que mostró un Escudo Nacional de cabeza. En fin, el INE dejó mucho que desear como organizador de “debates”. Mientras no se permita que los moderadores sean eso y que presionan a los aspirantes a plantear contenidos y a responder a cuestionamientos, mientras los partidos organicen los temas y no un profesional cuestione con rigor a los postulantes ni dejarán de ser estos, los “debates” más que un encuentro aburrido y que cada vez encuentra menos audiencia.
CARLOS RAMOS PADILLA
*Conductor del programa VaEnSerio izzi 135 y radio mexiquense