Para meditar

¿Cómo vas año en eventos extraordinarios como sismos, huracanes o inundaciones? Los temas recurrentes son:

protección civil y cambios ambientales. 

Resulta que con las más recientes lluvias e inundaciones en diferentes regiones del país la atención de los científicos se centra en los extraños cambios que registra el planeta.

Los satélites de la NASA han detectado que en los últimos 24 años, la Tierra se está oscureciendo. Algo por demás inusual. Hablan de que el planeta “rebota” menos radiación solar y el hemisferio norte se oscurece más que al sur del ecuador. Con ello se altera la simetría entre hemisferios. Zonas más áridas, áreas más húmedas, lluvias, nevadas y sequías en exceso dentro de un cada día más visible cambio climático.

La redistribución de las diferencias en temperatura transtornan la llamada circulación atmosférica e incluso impacta en los océanos. Por ejemplo, en 1971, se concluyó  que un tercio de esta radiación incidente es rebotada por las nubes, aerosoles y la propia superficie. A esto se conoce técnicamente como efecto Albedo. Recordemos que hay más masa continental en el Norte que en el sur, el diferencial entonces se puede lograr por la formación de nubes, la contaminación atmosférica y el vapor de agua que se genera.

La NASA anticipa que este equilibrio se ha fracturado. Para algunos estudioso esto no responde a la conducta humana y sus consecuencias sino a transformaciones naturales del propio planeta. De hecho hay datos que anticipan que hay un descenso de los aerosoles en el hemisferio norte debido a la reducción de la contaminación en China, Estados Unidos y Europa. 

Durante los siglos XIX y XX, los países del norte, protagonistas de la Revolución Industrial, la urbanización y la revolución de los transportes, emitieron ingentes cantidades de partículas a la atmósfera. El deshielo en los polos se ha acelerado por décadas y el reflejo de la radiación solar es mucho menor. Sin embargo la Antártida también pierde hielo, pero a un ritmo mucho menor. Así pues debemos comprender que en todas las regiones terrestre debemos enfrentar los cambios drásticos que tendrán que prepararnos a nuevas prácticas de protección civil y salvamento y para ello no solamente la cultura intervine sino enormes presupuestos.