México tiene muchos caminos que recorrer. Y no es que la diversidad de opciones que se nos presenta para resolver nuestros problemas domésticos tengan que ser ensayadas en las soluciones que buscamos. Simplemente es que cada quien sigue jalando su pedacito de país por donde piensa que tiene que caminar. No es un problema reciente,
lleva varias décadas y parece que nuestros políticos pretenden seguir por el mismo camino aunque eso signifique seguir mal para obtener buenos resultados. En México, la industria de la politización de los problemas es algo que nos ha mantenido en vilo desde hace muchos años, y pareciera que nos quedamos entrampados en eso. Políticos van y políticos vienen, y cada uno de ellos tiene una agenda cargada de ocurrencias que tenemos que soportar, aunque no sirvan de mucho pero que significan un enorme gasto.
Un problema que debiera resolverse en el ámbito de la academia mantiene paralizada a una de las instituciones formativas más prestigiadas del país y de las que mayores profesionales egresan cada año. Lo que comenzó con la imposición de un simple reglamento, ha generado un alud de propuestas inverosímiles de grupos estudiantiles manipulados por un partido político, que por mucho que se le acuse de manipular un presunto movimiento estudiantil, le importa poco quién lo lidera porque lo que en realidad está buscando es una nueva forma de financiamiento para su activismo político.
Las utilidades de la construcción de los segundos pisos y la manipulación de los recursos destinados a los programas sociales en la Ciudad de México, le sirvieron para mantener el activismo de las células de seguidores sembrados en todo el país para apoyar su candidatura a la Presidencia de la República. El 10% de los salarios de los trabajadores fue empleado para esas ambiciones que siempre lo acompañaron en sus delirios de grandeza. Después, aquel a quien destinó para que lo supliera en el gobierno citadino le ministró grandes cantidades de dinero para su segunda campaña. Por eso el encarecimiento de obras como la presunta Línea Dorada.
Ahora requiere dinero para seguir con sus ambiciones de poder, y piensa que manipulando un cambio en el Instituto Politécnico Nacional y controlando a sus huestes lo obtendrá. Muchos actos de contrición debieran realizar los liderazgos del perredismo después de la tragedia en que han envuelto al país. Todo el reconocimiento que logramos en el exterior para consolidar nuestro futuro inmediato con las llamadas reformas estructurales puede irse a la basura. La desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, a los que hay que sumar tres asesinatos, ha generado una reacción que nunca previeron las estructuras gubernativas del país. Las marchas de protesta de ayer es el principal indicativo de que la comunidad internacional no nos observa con buenos ojos, y más de un empresario ha dicho que ya no vendrá a invertir a México. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.