Sin lugar a dudas algo ha venido funcionando mal en el Gabinete del Presidente Enrique Peña Nieto. Lo que otrora se distinguió como uno de los equipos que mayores triunfos ha hilado, ahora entra en crisis y el problema es que no se visualiza un buen manejo de ella. Resulta extraño escribir acerca de este tema porque si algo caracterizó al
cuarto de guerra del señor Presidente fueron los triunfos. Quizá la única ocasión en que aparentemente tuvieron un tropiezo fue durante el episodio en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, donde el candidato Peña no supo describir tres de los libros que presuntamente había leído. A los pocos días se dio el bochornoso tema de "yo no soy la señora de la casa" en las redes sociales. En lo personal siempre he pensado que fueron actos preparados para medir el costo en las preferencias en el probable caso de una eventualidad en la campaña.
Hasta el establecimiento del Pacto Por México el cuarto de estrategia funciono milimétricamente, pero pareciera que ahora ha perdido efectividad. No sé si midieron mal lo que ha venido ocurriendo o simplemente no han sabido cómo enfrentar esta crisis derivada de la muerte o desaparición en Iguala de los 43 normalistas procedentes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos, ubicada en el paraje de Ayotzinapa, a corta distancia de Tixtla, la puerta de la región de La Montaña en el Estado de Guerrero. Lo cierto es que los hechos evidencian que nunca estuvieron preparados para el manejo de una crisis como la que se desató después de que supiéramos las ligas de la pareja que gobernaba Iguala con algunos grupos del crimen organizado.
Pese a que la crisis fue originada por el Partido de la Revolución Democrática, ha sido el gobierno federal el que ha cargado con la mayor parte de la crisis. Y quizá no lo entendieron porque no estuvieron nunca operando en un espacio en el que la pluralidad fuera tan acentuada como ocurre en el país. El propio presidente Peña Nieto se ha visto rebasado por los acontecimientos, sobre todo aquellos en que se ha pedido la vigencia del Estado de Derecho, como ocurre con el activismo de los miembros del magisterio y los propios alumnos de las normales rurales del país. Las pérdidas han resultado cuantiosas, en grado tal que en Guerrero las cosas se han puesto al borde del estallido social a causa de que no existe circulante por la pérdida de empleos propiciados por la rebeldía de maestros y normalistas.
Creo que los llamados "Golden Boys" no saben qué hacer porque se acostumbraron al triunfo. Ni que decir de aquel que encabezó un mitin en la calle de Bucareli para recibir a los inconformes del Instituto Politécnico Nacional. La evidencia del mal manejo de la crisis es que no están comunicando adecuadamente o simplemente no están comunicando, y eso es grave porque no existe una orientación en el discurso oficial. Enrique Peña Nieto necesita reconstruir los pactos internos en su partido para salir avance del difícil momento en que se encuentra el país. Necesita ayuda y la tiene que solicitar. No puede seguir pretendiendo salir avante con los mismos que no supieron visualizar lo que se vendría con la desaparición de los normalistas. Peña Nieto está metido en una crisis y para salir tiene que traer a gente que le pueda ayudar y no que simplemente se dediquen a estorbar. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.