De ricos y pobres

sinpunto

México se ha caracterizado a lo largo de su historia por parecerse más a una fabrica de pobres que a un país que aspira a colocar en la mesa de los hechos a la justicia social. No pretendo con ello afirmar que el proyecto de nación como se concibió al inicio de nuestra vida independiente haya fracasado, pero tengo muy claro que hemos hecho de todo con tal de lograrlo. Parece que la mitad de la población de este país no tiene fortuna, o para decirlo mejor, son desafortunados. La otra mitad cuenta con dinero en suficiencia para irla pasando de mejor manera que esos hombres y mujeres que hemos mantenido en la postración durante tantos años, y que pese a dos grandes movimientos armados los seguimos condenando a la misma circunstancia.

Mucho tiempo padecimos el sojuzgamiento, y parece que nos acostumbramos. Unos sojuzgan y otros son sojuzgados. Esa es nuestra historia como nación y quizá lo que explica en gran parte nuestra pobreza y miserable condición. Para colmo de males al parecer los gobiernos están preparados para acentuar las disparidades y mantener los privilegios. Hasta ahora en lo único que hemos sido exitosos es en la construcción de "castas divinas" que todo lo tienen y todo lo alcanzan, y en incrementar nuestra plantilla de pobres a lo largo y ancho del país. Y no es que nos hayamos vueltos especialistas en ello, simplemente es que no hemos logrado dar con la fórmula para evitar que nuestra gente se coloque del lado de los ricos, o al menos de quienes tienen para vivir de forma decente.

Un ejemplo de nuestra lamentable realidad es que mientras la pobreza crece de forma permanente, la fortuna de los cuatro hombres más ricos también lo hace. Pero también hay que señalar que la concentración de riqueza conlleva la concentración del poder, y eso viene pasando en México desde hace muchas décadas, por no decir siglos. Por principio de cuentas estamos dentro del veinticinco por ciento de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo. De acuerdo a un estudio de Oxfam México, el uno por ciento de la población posee el cuarenta y tres por ciento de toda la riqueza del país. Para completar el cuadro ese uno por ciento más rico gana, en términos de ingresos, el veintiún por ciento de todo el ingreso nacional.

Francamente creo que esta circunstancia debiera darnos vergüenza, o al menos preocupar a las castas pudientes que son las que mas perderían en el caso de una posible revuelta popular. Mientras Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas son los cuatro hombres más ricos del país, en los últimos veinte años incluimos más de quinientos mil mexicanos en las estadísticas de los pobres. Que bueno que existan hombres y mujeres ricos, ellos han hecho bien su trabajo, pero a la par tenemos una brutal ineficiencia en las estructuras de los tres órdenes de gobierno no tan solo para combatir la pobreza, sino para redistribuir el ingreso. Pobre México. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.