Otra vez la maldita pobreza

sinpunto

Señalaba Benito Juárez García que "la Educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos". Me parece que en eso se resume la reciente decisión de suprimir el órgano rector educativo

de Oaxaca y reconstituirlo desde la misma Federación. Y tuvo que ser en el estado en que naciera el "Benemérito" donde se recompusiera el proyecto educativo del país y se tomará la decisión de rehacer el órgano que rige la educación para hacer un alto en el camino y definir de una vez por todas quien tiene que responsabilizarse de qué en materia educativa.

Dicen la que finalidad primera de los gobernantes es procurar la felicidad de los pueblos. Creo que cuando la cita fue concebida por quienes así la describieron nunca pensaron en el arduo camino que hay que recorrer para alcanzar esa indefinida circunstancia de ser feliz. Todavía seguimos debatiendo acerca de su significado y sus alcances, y no logramos ponernos de acuerdo. Quizá ha llegado la hora de pensar en otro tipo de condicionantes que la aborden desde el punto de vista de lo que debe ser la dignidad del ser humano. Y no me refiero únicamente a la capacidad moral de ser digno, sino a la procuración de los mínimos de bienestar a que deben tener derecho y acceso todos los individuos.

Hace menos de dos meses Oxfam México dio a conocer que un millón de mexicanos concentra el 43% de la riqueza del país, a la vez que el 45.5% de nuestra población vive en la pobreza. Ahora fue Coneval quien dio a conocer un la pobreza aumentó de 45.5% a 46.2% de la población. Para decirlo de otra forma, mientras nuestros ricos son más ricos, nuestros pobres aumentan en numero. Seguimos metidos en el mismo problema que nos planteamos cuando decidimos ser una nación independiente, cuando optamos por construir nuestro propio destino y responsabilizarnos de sacar de la marginación a nuestros hermanos. El problema es que han pasado más de doscientos años y seguimos manteniendo las mismas condiciones de desigualdad y pobreza para la mayor parte de los mexicanos.

Dos movimientos armados que provocaron muchos muertos resultaron de esa desigualdad y seguimos igual o quizá peor. Han sido muchos años tirados a la basura y gobiernos ineficientes e indiferentes a la miseria de muchos hombres y mujeres que murieron al cabo de los años sin que hayamos reivindicados sus derechos por el simple hecho de ser mexicanos. El problema es que los cuatro hombres más ricos lo son porque tienen concesiones del Estado, y eso quiere decir que son una especie de modernos encomenderos. Al igual que los de antaño son dueños de vidas y haciendas. Si no cambiamos las reglas para distribuir de una forma más digna el ingreso, lo previsible es que en cualquier momento se nos desborde la violencia, pero ahora será por hambre. El único camino que tenemos es educación y habilidades. Por eso vale la pena la lucha contra la CNTE. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.