Fiscalía inexistente

sinpunto

Después de innumerables reclamos a causa de la impunidad con que se cometían delitos en contra del gremio de los periodistas en todo el país, hace casi siete años se formó y conformó la "Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la

Libertad de Expresión" en la Procuraduría General de la República. El organigrama oficial consta de un Fiscal, tres Direcciones Generales, seis subdirecciones y cinco jefaturas departamentales. Quienes nos dedicamos a esta noble pero arriesgada profesión pensamos que las cosas cambiarían y que la tranquilidad regresaría en la mayor parte de las regiones del país. Al menos esa fue la esperanza que muchos depositamos en la nueva dependencia, y otorgamos no tan solo confianza a sus integrantes, sino que creímos a pie juntillas todo lo que nos dijeron en las pláticas que con sus titulares sostuvimos.

El problema es que los periodistas siguieron recibiendo agresiones en la mayor parte del territorio del país sin que nadie pudiera contener la embestida y que al menos existiera una estrategia para contener los índices de violencia contra mis compañeros. La circunstancia que se vivía en muchos estados por la violencia que se desató contra quienes trabajamos en los medios de comunicación se agravó en grado tal que muchos decidieron emigrar, pero también hay que señalar que varios de ellos fueron seguidos y asesinados. México se convirtió así en el santuario de la impunidad de los encargados de agredir a quienes resultan incómodos para los poderosos.

Esto quiere decir que los mexicanos hemos gastado mucho dinero en un ente gubernamental que hasta ahora ha resultado inútil por la ineficiencia de quienes lo han integrado. Del año 2000 a la fecha, en México han sido asesinados 88 periodistas en todo el país, y solamente en Veracruz la cifra es de 14. Este año las bajas han alcanzado a siete compañeros, y no se si en dicha fiscalía se hayan enterado porque hasta ahora nunca han publicitado la detención de los probables responsables. Ruben Manuel Espinosa Becerril es la última víctima de la violencia contra la profesión más peligrosa del mundo. Fue un foto periodista que tuvo que abandonar Veracruz ante las amenazas recibidas por el trabajo que realizaba. Por desgracia la muerte lo alcanzó en la Capital del país y también a tres de sus compañeras de vivienda, y una mujer que al parecer les ayudaba con la limpieza.

Esto muestra y demuestra la impunidad que existe en México para quienes atentan contra la integridad de los que ejercemos la libertad de expresión como parte de nuestro trabajo, pero lo más grave es el fenómeno de autocensura que a causa de ello se presenta en casi todo el territorio nacional. Cuando un periodista es silenciado, la principal afectada es esa sociedad a la que servimos y a quien informamos todos los días. Una sociedad carente de información se condena a vivir una engañosa realidad, y eso no puede seguir ocurriendo en México. El !!!ya basta!!! debe escucharse en todos lados si queremos recomponer el camino. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.