Desvíos y desvaríos de Javier Duarte

sinpunto

En este México nuestro hay cosas que ocurren que se salen de los cánones del buen comportamiento, unos por necesidad y otros por ambiciosos, pero la ley se la pasan los ambiciosos por el arco del triunfo, y quienes siempre salen perdiendo son

aquellos que violan la ley por los motivos que les impone su pobreza. Claro está que los que más pierden son esos hombres y mujeres que mucho carecen y poco detentan, mientras los poderosos pueden apartarse del cumplimiento de la ley simplemente porque quieren más de lo que tienen. En esas disímbolas circunstancias es cómo transcurre la vida de este país, pero quienes siempre van a perder son esos hombres y mujeres que de mucho carecen.

Javier Duarte de Ochoa es gobernador de Veracruz pero se asume como dueño de vidas y haciendas y piensa que todo lo puede hacer y disponer. Desde el inicio de su mandato supero su falta de experiencia mediante un manejo impositivo y dictatorial de los asuntos públicos, y utilizo a la hacienda del estado como caja chica, además de disponer de los bienes públicos como si fueran propios. Hasta ahora el señor Duarte se ha convertido en el mayor enemigo que tienen los veracruzanos, y hay de aquellos que pretendan hacer política sin su consentimiento o que hagan públicas sus aspiraciones, porque es capa de cualquier cosa para demostrar quién manda en uno de los lugares más bellos del país.

Para evitar que los medios de comunicación reseñaran sus fechorías, montó un aparato cuasi dictatorial con el que sometía a los dueños de los medios de comunicación mediante la generosidad del dinero público o la aplicación estricta de la ley, y en algunos casos mediante la amenaza directa a los periodistas que no se sujetaban a sus disposiciones. Lo más grave en lo que lleva de gobierno ha sido la muerte de catorce periodistas, lo que lo convierte en el gobernador con mayores índices de violencia contra los medios de comunicación. Para decirlo de forma más precisa, Javier Duarte de Ochoa ha sido responsabilizado de su muerte porque el modus operandi es muy similar en cada uno de ellos, y "curiosamente" quienes perdieron la vida resultaron ser quienes más le incomodaban.

Pero dejando de lado los homicidios que le imputan las organizaciones gremiales, el señor Duarte se acostumbró a disponer de los recursos públicos de forma personal. Al señor Duarte ya le detectaron un desvío de cerca de cinco mil millones de pesos, y eso lo puede llevar a parar en la cárcel aunque siga diciendo que no existe la forma de que le finquen una responsabilidad. Lo que no entiende el señor Duarte de Ochoa es que en el centro del país ya se cansaron de sus desplantes, de su forma dictatorial de ejercer el poder, y del dinero que ha hurtado para su beneficio. Javier Duarte de Ochoa está metido en un verdadero problema, y seguramente terminara en un penal de máxima seguridad. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.