Parece que nos enfilamos hacía dos poderosos frentes como sucediera en los sesenta del siglo pasado cuando Rusia dominaba un gran bloque de naciones y Estados Unidos el ala opuesta.
Y pareciera que también estamos frente a dos bloques que están intentando repartirse el mundo a la vez que cada quien jala de su lado con la intención de reventar la cuerda para culpa al otro. Pero si algo tenemos que aceptar es que ante el inminente desmoronamiento de Rusia la llegada de Vladimir Putin resultó proverbial para detener la escisión de una federación que se mantuvo unida por el yugo de fuerza que les imponía Moscú. Ahora Siria ha sido el motivo de la discordia entre una y otra potencia para recomponer el mapa de la parte norte de África, donde están las mayores reservas de crudo en el mundo, y donde también apareció un presunto estado cuyo principal rostro es el del terrorismo heredado de Al Qaeda, organización paramilitar yihadista que empleaba también prácticas terroristas y se planteaba como un movimiento de resistencia islámica alrededor del mundo.
"En política nada sucede por accidente. Si esto sucede, usted puede apostar que fue planeado de esa manera". Esto lo señaló el autor del New Deal, y artífice también del desarrollo económico de Estados Unidos y del triunfo norteamericano en la Segunda Guerra Mundial: Franklin Delano Roosevelt. La pregunta que muchos hacen es ¿quien está detrás del llamado "Estado Islámico"? La respuesta fácil es el señalamiento hacia Estados Unidos, pero también hay que reconocer que en política no existen las casualidades, y menos en el ámbito de lo internacional. El empoderamiento desmesurado de Vladimir Putin, y de Recep Tayyip Erdogan están en el escritorio de quienes analizan posibles alianzas para construir hegemonía, ya que Turquía posee la mayor frontera territorial con Siria.
Los atentados perpetrados en Beirut y París estremecieron la conciencia de los principales líderes mundiales, aunque otros afirman que lo que en realidad se ha venido planeando meticulosamente la "Tercera Guerra Mundial". ¿Está preparada la humanidad para ello? Pero mientras el mundo se horroriza con Isis, en México las muertes a causa de la violencia se suceden ya sin espanto porque perdimos nuestra capacidad de asombro, y quizá nos acostumbramos a vivir los horrores de la sangre, de la muerte y del saqueo de las arcas públicas de forma impune.
Ya no alcanzamos a distinguir quién es más delincuente, si aquel que roba el dinero público, o el que decidió dedicarse a la nada despreciable profesión de robar, matar y disfrutar de una vida corta pero sin los padecimientos que le otorga la pobreza. México no puede ni debe seguir por el sendero de la destrucción, pero la incapacidad de nuestros gobernantes han vuelto inservibles a esas instituciones que antaño nos dieron lustre. Ese no es el destino que pretendemos construir los mexicanos, y por mucho que las autoridades no hayan encontrado la forma detener el baño de sangre en que tenemos metido al país, habremos de sobrevivir porque siempre lo hemos logrado con todo y los avatares que nos significan nuestros propios gobernantes. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.