Nicolás Maduro ha convertido su gobierno en una pandilla de saqueadores y maleantes que se han venido dedicando a todo menos a gobernar y empobrecer aún más a los venezolanos que no atinan a visualizar la doma de deshacerse dl entuerto. Y es que
resulta difícil encontrar otra explicación después de observar cómo se desapareció la bonanza económica del país sudamericano que a fuerza de ser sinceros ha sido uno de los mayores desastres que se han registrado en la historia de los gobiernos latinoamericanos, pero que a la vez sigue contando en la Cuenca del Orinoco con una de las mayores reservas de hidrocarburos del mundo. Para decirlo de una coma más asertiva, Venezuela sigue siendo un país rico, al que esa pandilla de saqueadores encabezada por el señor Maduro pretende seguir haciendo suya.
Pero no tan solo ha sido el saqueo o la dilapidación de las riquezas del país sudamericano lo que ha ocasionado el señor Maduro, pues el empobrecimiento de la población se explica a partir de las "generosas" cuotas de petróleo que ministraban a las dictaduras centroamericanas, y los apoyos económicos que a fondo perdido entregaban a Cuba, Ecuador, Bolivia y Honduras. Lo que también lamentan es el despropósito de mantenerse en el poder como si fuera una patente otorgada por Hugo Chávez, quien dentro de su percepción personalísima de lo que visualizaba para sus compatriotas estaba la construcción de una patria unida en la que todos fueran iguales a partir de la explotación del petróleo.
Luis Manuel Díaz era sindicalista, y el miércoles fue asesinado de varios disparos en pleno mitin con sus seguidores. En el lugar estaba Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López, el hombre a quien el dictador Venezolano ha bautizado como "El Monstruo de Ramo Verde" cuando lo refiere en sus discursos. Ramo Verde es la prisión donde lo tiene cautivo de forma por demás injusta. El seis de diciembre se llevará a cabo la elección de 167 diputados de la Asamblea Nacional, controlada desde hace 16 años por el "Chavismo", pero no habrá observadores ni locales ni internacionales porque al señor Maduro se le ha pegado la gana que nadie tiene porque vigilar otra más de sus triquiñuelas.
Lo previsible es el triunfo holgado por parte de los opositores porque así lo señalan los sondeos, el problema es que Nicolás Maduro ha prohibido incluso la llegada de observadores de la Organización de los Estados Americanos. Maduro ya probó que regar sangre es un precio menor con tal de seguir oprimiendo a los venezolanos. Como todos los dictadores, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello seguirán manchando de sangre la democracia venezolana porque si de algo podemos estar seguros es que no cederán el poder a menos que los echen. ¿Para qué sirven los organismos internacionales?, en este caso para nada. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.