Veracruz al garete

sinpunto

La violencia se ha enseñorado en diversas partes de este México nuestro. Sigo creyendo que la guerra declarada por el Presidente Felipe Calderón al Crimen Organizado fue un lamentable error que seguimos pagando a precio alzado. Lo único que en lo personal me parece destacable ha sido la medición de la honorabilidad de los miembros de los cuerpos policiales del país, lo que determinó la necesidad imperiosa de su profesionalización y la selectividad a través de exámenes de control de confianza. A eso se han negado muchos gobernadores, y otros simplemente poco han hecho para evitar verse rebasados por la burocracia. El país les ha valido un sorbete porque han colocado por encima de todo sus intereses personales. Ese ha sido uno de los más graves problemas que han generado en todas las latitudes del país.

En este contexto, pareciera que está a punto de caerse en pedazos el gobierno de Veracruz encabezado por Javier Duarte de Ochoa. Una deuda exhorbitante amenaza el futuro de la administración que surja de la elección del cinco de junio venidero, porque hasta ahora nadie ha sido capaz de mover un dedo para justificar las inconsistencias por quince mil millones de pesos que señaló la Auditoría Superior de la Federación. Mientras eso no ocurra el señor Duarte seguirá siendo presunto responsable de un descomunal desvío de recursos públicos, y tendrá que enfrentar las consecuencias de una denuncia penal que es el siguiente paso una vez que termine su encargo. Hasta ahora no se vislumbra que pueda entregar justificantes y lo previsible es que la Federación ponga en funcionamiento la maquinaria legal que lo puede llevar a enfrentar la justicia recluido en un Penal Federal.

Por si eso eso fuera poco, la desaparición constante y muerte de periodistas críticos de su administración durante los últimos cinco años lo coloca en una situación muy delicada, sobre todo si gana cualquiera de los opositores. Miguel Ángel Yunes Linares ha lanzado la sentencia de lo que ocurrirá en caso de vencer a su primo Héctor Yunes Landa. El señor Duarte tampoco tiene asegurada la impunidad con el tricolor. La versión de que ya fue conminado oficialmente a abandonar el encargo, y de que se negó amenazando ventilar apoyos a candidatos de su partido cobra fuerza, pero de poco le servirá porque lo que menos conviene al Gobierno Federal es protegerlo. Los 17 asesinatos de periodistas, los desaparecidos, y las más de 250 agresiones a otros, serán el lastre que lo lleve a las profundidades penitenciarias.

La proliferación de laboratorios de precursores en la Cuenca del Papaloapan, muertos por todos lados, los cinco jóvenes desaparecidos y asesinados por la policía en Tierra Blanca, los tres secuestrados y desaparecidos por policías de Papantla, y la impune violación de una menor por júniors de familias poderosas, evidencian la descomposición de la justicia en todo el estado. México no pude seguir soportando gobernantes así, sean del partido que sea. El señor Duarte de Ochoa no puede andar tan campante con el desastre económico y humanitario que dejará por legado. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.