Canasta básica VIP

sinpunto

En México los gobernantes podrán decir muchas cosas, sobre todo de esas que les señalan sus asesores para tranquilizar a las masas, pero nuestra lamentable realidad indica que casi el 60 por ciento de la población ha entrado en la franja de pobreza donde hasta hace poco incluíamos a la mitad de los mexicanos. Eso quiere decir

que de nada han servido los paliativos entregados a través de esa infinidad de programas sociales que se inventaron de acuerdo al momento electoral, porque nuestra pobreza poblacional sigue creciendo.

No sé si a los demagogos del sistema político mexicano, donde tenemos que incluir a los políticos de todos los partidos y a quienes dicen no tenerlo, les preocupe el lastimoso incremento en el número de pobres porque pese a todo lo que dicen haber hecho, lo que planearon y lo que copiaron, las cosas han empeorado. Nuestros gobernantes siguen liderando una prolífica y exitosa fábrica de pobres.

El problema es que al paso que vamos todos terminaremos siendo pobres, y seguramente los ricos comenzarán a buscar diversificar sus inversiones en otras latitudes ante la falta de capacidad adquisitiva de los mexicanos, sin entender que el bono demográfico de este país es un verdadero tesoro si construimos la estrategia de desarrollo social adecuada, acompañada de una política comercial orientada hacia el consumo interno, y colocando a los pobres en el centro de todos los esfuerzos para edificar esa riqueza que siempre hemos visualizado lejana.

Si los recursos invertidos en los programas sociales hubieran sido dirigidos a la inversión productiva hace tiempo habríamos transitado hacia mejores condiciones de vida. Nuestra clase dirigente ha preferido recorrer el camino de la dependencia política entregando paliativos, aprovechando la natural inventiva de esa franja poblacional experimentada en mecanismos de sobrevivencia.

Los incrementos al precio de la gasolina seguramente detonarán un alza en los precios de la canasta básica, alejando de toda posibilidad de acceso a los deciles más bajos de la población, lo que podría desencadenar un problema mayor en el que necesariamente se incluiría un proceso de emergencia nacional por hambruna, o bien una crisis social de funestas consecuencias.

La mal llamada “canasta básica” dejará de mantener esa referencia y pasará a convertirse en un lujo al que pocos tendrán acceso. Por eso afirmo que su contenido será considerado como artículos exclusivos para personas muy importantes. De seguir maniobrando de la misma forma los dineros gubernamentales, la crisis nos esperará a la vuelta de la esquina, y el caos social pudiera resultar funesto para nuestras aspiraciones de mantener unido a eso que conocemos como México. Por desgracia no se avisora quien pudiera ayudarnos a salir del atolladero, porque todos nuestros políticos, de todos los partidos, están cortados por la misma tijera.

Al tiempo.