Si existe alguien que tiene muy definido lo que quiere hacer, a lo que quiere llegar y el camino que tiene que recorrer es Andrés Manuel López Obrador. La ruta es la que ha tenido que adecuar por la circunstancia política que ha vivido el país en los tres últimos
sexenios, pero lo admirable es que no ha cejado en su empeño y hoy es el favorito en las preferencias electorales. Pero también hay que señalar que es muy desconfiado cuando de buscar aliados se trata, porque no son lo mismo los adeptos que los aliados.
Uno de los hombres a los que mayor confianza manifiesta es al jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, y a quien desde hace algunos meses le dio indicaciones para que se enfilara hacia la candidatura del Movimiento de Regeneración Nacional a la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal, con lo que se ha convertido en el hombre clave en el proyecto político, y quizás en el destinado a convertirse también en el sucesor dentro de siete años.
Señalan sus malquerientes que cuando el joven Ricardo Monreal Ávila decidió trasladarse a la Ciudad de México vendió tres burros propiedad de su padre, lo que demuestra que nunca tuvo esa bonanza económica que ahora detenta y que la obtuvo de las bondades de los cargos que ha ocupado. Sin lugar a dudas, ahora es un hombre con recursos económicos en suficiencia y alardean de ello también sus hijas quienes poseen diversas propiedades y residencias en Fresnillo, Valparaíso y Guadalupe, en Zacatecas.
Según registros catastrales, el señor Monreal, su esposa y las hijas tienen 19 propiedades, y entre ellas la mitad son fincas residenciales. El señor Monreal cuenta con 13 hermanos, y todos ellos también poseen fincas, lo que no es algo fuera de lo común, aunque se afirma que ninguna de ellas fue detentada por su padre, lo que demuestra que los hermanos Monreal han sido una familia muy favorecida por las buenas rachas. Pero eso no obsta para que conste siguen diciendo los malquerientes.
Ricardo Monreal Ávila sabe hacia dónde quiere caminar porque es una ruta que ha fijado con la complacencia y el apoyo del prócer tabasqueño, y después de los descalabros que ha tenido el Partido de la Revolución Democrática todo parece indicar que su destino final será esa Jefatura de Gobierno que tanto anhela y menciona entre sus ambiciones políticas, claro está, si no se le atraviesa algún felino en el camino.
De cualquier forma hará todo lo que esté de su parte para asegurar el proyecto político. Si el señor López Obrador alcanza su más caro anhelo, o sea la Presidencia de la República, el candidato natural para sucederlo dentro de seis años será quien ocupe la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, y ese será desde luego el señor Ricardo Monreal Ávila, hoy por hoy el hombre de mayor confianza para el tabasqueño. Claro está que esta “Dupla Morena” estará sujeta a que los tiempos les vayan bien y que los mexicanos los quieran y los acepten. Al tiempo.
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