¿De dónde salen los delincuentes?

sinpunto

Pareciera que el crimen organizado tiene mejores estrategias que las estructuras gubernamentales. La realidad indica que por mucho que nos afanemos estamos destinados a  fracasar porque cuentan con mejores armas y mayores elementos para realizar su labor de forma exitosa.

No quiero decir con esto que tenemos un Estado fallido, aunque debiéramos considerarlo porque son muchos años combatiendo a los criminales y fracasando.

Hay que reconocer que parte del éxito de la delincuencia organizada responde a la ineficiencia de los gobernadores por el poco aprecio que le merece el fenómeno, ya que hasta ahora su combate ha sido potestad de la Federación, lo que implica que las estructuras estatales solamente se dediquen a resguardar el orden y a perseguir delitos menores. Esto no quiere decir que tienen colusión con ellos como muchos lo han señalado, pero el no hacer nada los coloca como tales en amplios sectores sociales.

Para nuestra desgracia los miembros del crimen organizado están en todos lados, y el problema es que se alimentan de rechazados en las corporaciones policiales, o de aquellos que desertan ante los bajos salarios.

Si sacáramos una tabla de resultados en cuanto a cursos y aprobación de policías en activo podríamos observar que existe un gran número de elementos que defeccionaron o no alcanzaron la certificación correspondiente.

Lo menos que podemos esperar los mexicanos es que los encargados del Consejo Nacional de Seguridad Pública tengan localizados a los desertores.

Pero también es preciso señalar que los propios gobernadores han sido omisos en preparar adecuadamente a sus policías. Baste observar en las calles la complexión física y el armamento que portan los oficiales para darnos cuenta del abandono presupuestal.

No sé a quién se le haya ocurrido acudir ahora a los israelitas para la impartición de cursos de preparación, lo que en función de lo que buscamos es positivo, pero el problema, vuelvo a repetir, son los controles de seguridad porque una vez que reciben adiestramiento, porque muchos de ellos se insertan de inmediato en las filas criminales. A esto hay que sumar la irresponsabilidad de los gobernadores para responder a la obligatoriedad de mantener actualizadas a las policías de sus estados, desviando los recursos federales a otros rubros.

La Base México es inoperante, y una medida obligatoria sería la revisión mensual de dónde está cada elemento que haya recibido preparación de la Federación. Ese ha sido el éxito del Ejército y la Marina Armada de México, saber dónde están todos. No podemos seguir preparando células de mercenarios, pero insisto, los gobernadores tienen que hacer lo suyo.

El combate al crimen organizado tiene que ser parte de su obligación para que no puedan desviar los recursos para los controles de confianza. No todo lo tiene que hacer la Federación. Al tiempo.