Carlos Joaquín González encabezó un acto por la celebración del 43 aniversario de la formación del estado Quintana Roo, en el que aconteció un bochornoso enfrentamiento entre el exgobernador Félix González Canto y el actual secretario de Desarrollo Social, Julián Ricalde Magaña, lo que originó un escándalo en redes sociales y en los portales de medios locales y nacionales. El hecho evidencia la crisis de gobierno que se está presentando a causa de intereses particulares.
La sonora bofetada que Félix González Canto propinó a Ricalde Magaña se originó por el enfrentamiento que previamente sostuvieron ambos vía Twitter. Pero también contiene una corrupta lucha que ambos personajes encabezaron cuando dispusieron en su beneficio los caudales públicos de los quintanarroenses. Félix fue el principal mentor de Roberto Borge Angulo y quien lo llevó de la mano durante el saqueo que ambos organizaron de las arcas públicas del estado.
De Julián Ricalde Magaña se afirman muchas cosas, y entre ellas la forma en que se hizo de bienes inmuebles mientras fue presidente municipal en Benito Juárez, donde se asienta uno de los destinos más visitados por nacionales y extranjeros: Cancún. Hasta ahora los servicios de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público tienen localizados seis bienes inmuebles propiedad de Ricalde Magaña en condominios de lujo, que suman más de seis mil metros cuadrados en total.
El bochornoso evento es producto de la crisis en que le ha tocado gobernar a Carlos Joaquín González después del saqueo organizado por Roberto Borge y Félix González Canto. Pero también habla de las renuencias que todavía existen para que el gobierno actual pueda consolidar la reconstrucción de las instituciones, y sobre todo, continuar el proyecto de erradicación de la pobreza en amplias partes de la entidad que no han sido beneficiadas por las bondades del turismo.
La ineficiencia y la corrupción son prácticas muy arraigadas entre la clase política y gobernante del sureño estado, y pese a la decisión de Carlos Joaquín por cambiar las cosas, propios y extraños se han encargado de tirar por la borda el trabajo de un hombre al que los quintanarroenses confiaron su destino. La inoperancia de muchas de las áreas que conforman el gabinete evidencia varias cosas: ineficiencia, falta de compromiso, y voracidad. Resulta patético por ejemplo, que al estado con mayores recursos turísticos le disminuya la llegada de visitantes a causa de la indolencia de la titular de Turismo.
Me parece que el principal reto que tiene por delante Carlos Joaquín González es la recomposición de su gabinete, y no tiene que tocarse el corazón ante los intereses de muchos de sus principales colaboradores. No es el proyecto lo que está fallando, son esos hombres y mujeres que están viendo el interés propio, y otros que ni siquiera entienden lo que es la administración pública. La Academia no es el mejor semillero de buenos administradores, y menos de la experiencia que se requiere para hacer exitosos los proyectos de gobierno. Al tiempo.
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