Dícese del autoritarismo que es una forma de gobierno que se funda o se apoya exclusivamente en la autoridad, aunque también habrá que entrar a la descripción conceptual para entender mejor el término, y así el autoritarismo se define como un modo
de ejercer el poder de una forma autoritaria. También se entiende como una actitud abusiva por parte de la autoridad. La palabra autoritarismo normalmente se utiliza para adjetivar a sistemas de gobierno violatorios de la ley de una nación.
En este país, la condición sine qua non, que trasladada del latín al español significa que sin ella no, para garantizar la convivencia armónica de los tres órdenes de gobierno, ha sido el respeto a las atribuciones de cada quien, y la cooperación trilateral para que las esferas de competencia entre Federación, estados y municipios, cohabiten de forma eficiente para garantizar los derechos de los ciudadanos y la cooperación en tiempo, forma, espacio y lugar.
Hasta ahora esta forma de gobierno ha venido funcionando de forma eficiente en todas las latitudes del país, pero como siempre, nunca faltan los excesos voluntaristas de los seres humanos, y más cuando de proteger presuntos intereses personales se trata, o de imponer la autoridad con una visión unipersonal afectando no tan solo la cohabitabilidad en tiempo y en espacio de las partes integrantes del Pacto Federal. Javier corral lleva semanas pretendiendo colocar a las autoridades judiciales de este país por debajo de su autoridad.
Sin pretender señalar cómo debe operar la justicia porque se es el trabajo principal de los juzgadores, en este mismo espacio he venido relatando las pretensiones del gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, por generar una controversia contra el Gobierno Federal encabezado por Enrique Peña Nieto, a causa del traslado de tres reos de la justicia: Enrique Tarín García, Alejandro Gutiérrez y Gerardo Villegas Mandriles, excolaboradores de César Duarte en el gobierno de Chihuahua.
Al señor Javier Corral se le ocurrió que los reos no podrían salir del territorio del estado que gobierna, porque seguramente, de acuerdo a su muy personal percepción, el presidente Enrique Peña Nieto los pondría en libertad y con ello se presentaría un caso más de impunidad.
Por mandato de la Corte, ahora los tendrá que entregar a la justicia federal porque el recurso promovido por instrucciones del señor Corral Jurado es notoriamente improcedente, porque las sentencias pronunciadas por los Tribunales Colegiados de Circuito no admiten recurso alguno y deben ejecutarse a la brevedad.
Finalmente, ha tenido que ser el más alto tribunal del país quien ponga en orden los excesos autoritarios del señor Javier Corral, quien pensó y seguramente seguirá pensando, que por el simple hecho de ser gobernador puede hacer lo que le venga en gana con la aplicación de la justicia. La prudencia estuvo del lado del Gobierno Federal, pero el registro del autoritarismo con el que se conduce el señor Corral Jurado, manipulando a uno de los poderes del estado, que por esta vez se colocó como tapete, debe tener como consecuencia la destitución de quien detenta la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua. Al tiempo.