Mire, no sé si haya notado la metamorfosis que ha ocurrido en el Presidente Andrés Manuel López Obrador desde
que llegó al ejercicio pleno del poder. Ahora es el hombre que todo lo sabe, que todo lo resuelve, que todo lo puede hacer, que todo lo reseña, que todo lo mejora, que todo lo conoce, que todo lo determina, que todo lo arregla, que todo lo coordina, que todo lo determina, que todo estipula, que todo lo condena, que todo lo supera, que todo genera, que todo lo hace. Y para decirlo mejor, es el hombre superpoderoso de este país.
Por lo pronto el Fondo Monetario Internacional disminuyó su pronóstico de crecimiento para México, es decir, que las estimaciones del organismo internacional salieron a la baja porque hasta ahora el país no tendrá la suficiente inversión privada como para levantar las campanas al vuelo, por el contrario, lo previsible es que los procesos de la economía del país tiendan a disminuir, y claro que eso no le gustó al Presidente de la República amorosa porque es una clara falta de atención para un país que ahora emerge por decreto del Primer Mandatario.
Según el Informe Perspectivas Económicas Globales, México solamente crecerá 2.1 por ciento este año y 2.2 por ciento el año venidero. Para no ir más lejos, con aires de suficiencia el señor Presidente de la República puso en su lugar a los integrantes del Fondo Monetario Internacional por haber disminuido dicho pronóstico y señaló que se van a sorprender ya que el país va a tener un mejor desempeño, también de paso reiteró que es mucho mejor que el Fondo Monetario Internacional diga que el crecimiento va a caer al dos por ciento porque así los vamos a sorprender.
Ya encarrerado también señaló que va a crecer más la economía y que va a fallar ese pronóstico, y de paso volvió a decir que las acciones gubernamentales se han visto bien en los mercados internacionales y entre los inversionistas extranjeros, por lo que es fácil determinar que los pronósticos de los especialistas del Fondo Monetario Internacional fallaran. Mire, yo no sé si el Presidente del país tiene una varita mágica de la que carecen los especialistas internacionales.
Para decirlo más claro, Andrés Manuel López Obrador dijo textualmente que es mejor que el FMI diga que el crecimiento va a caer al dos por ciento porque así los vamos a sorprender, porque va a crecer más la economía y va a fallar su pronóstico, y claro que lo dijo de manera respetuosa como siempre que contraviene los razonamientos de los especialistas, pero también afirmó que cada quien tiene su manera de medirlo y de anunciarlo, pero fue insistente en que los va a sorprender.
No sé si tenga una varita mágica o un pitoniso que todo le dice, pero valoró positivamente la apreciación del peso frente al dólar y el buen desempeño de la bolsa en las últimas semanas, aunque no quiere echar las campanas al vuelo ser triunfalista. Por su parte la Secretaría de Hacienda estima el crecimiento del Producto Interno Bruto entre el uno punto cinco a dos punto cinco, y una inflación del 3.4 por ciento. ¿Se convertiría tan rápido el señor Presidente López Obrador en uno de los mayores especialistas del mundo? ¿O comenzará a determinar las variables económicas por decreto?
Aunque no le guste, así comenzaron Hugo Chávez y los otros que hoy tienen un desastre en Sudamérica y América Central.
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