Mire, no sé si usted ha concebido que algo no está bien en la cabecita blanca
de quien por hora es el responsable del Gobierno de la República. Y lo digo muy en serio, porque nos ha recetado todos los días una serie de ocurrencias que seguramente le saltan por las neuronas cada vez que se pone dubitativo, pensativo, concentrado, o como usted le quiera llamar a esos momentos en que pretende discernir la forma en que puede componer y recomponer el país que hasta ahora sufre y padece por sus desatinos.
Por lo pronto Andrés Manuel López Obrador sigue engrosando la larga lista de ocurrencias que desde hace tiempo comenzó para marcar una diferencia entre él y los panistas y priistas que son los que también han detentado el poder en este atribulado país. Y no es por hacer quedar mal al hombre de Macuspana, pero el resultado de sus ocurrencias está en proporción inversa a lo que él considera que es la forma en que tiene que gobernar para dejar su huella en la historia patria.
Pero habrá que decirle que como el hay muchos casos, principalmente por quienes en su momento pretendieron convertirse en la encarnación viva de la decencia y la honestidad, cuando ni siquiera saben a bien que significa cada uno de esos términos. Es lo mismo con el actual Presidente de la República, porque un día amanece de buenas, y al otro de malas, y de acuerdo a sus humores es que toma las decisiones, y en la mayor parte de las veces con el estomago, dañando no a los poderosos, sino a los jodidos que presuntamente protege.
Tratando de encubrir la dolorosa verdad del sometimiento a que lo llevó Donald Trump cuando lo amenazó con gravar con aranceles de 5% a los productos mexicanos que entrasen al país de las barras y las estrellas, ahora dice que la intención de imponer aranceles a los productos mexicanos se trató de una crisis temporal. por lo que se tuvo que llegar a un acuerdo. Hasta ahora no sabemos cuál es ese acuerdo, pero nos saldrá bastante caro cuando tengamos a más de cincuenta mil migrantes en la frontera, y aparte mantenerlos para que vivan cómodamente. Y todo eso, gracias a nuestro Presidente de la República.
Acostumbrado a dosificar las malas noticias, a ocultar su yerros y sus excesos, a manejar el doble discurso, el Presidente de la República, Don Andrés Manuel López Obrador, señaló que optó por un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos porque si bien México habría podido ganar una guerra comercial, sería ganar una batalla pírrica, un triunfo que dejaría muy debilitada a nuestra fuerza, por lo que insistió en que se trata de un acuerdo que beneficia a ambos países y que mantiene la amistad entre ambas naciones.
Como siempre, pretende engañarnos, porque hasta ahora no ha hecho público ese acuerdo que nos comprometió a colocar más de seis mil miembros de nuestra Guardia Nacional para evitar el paso de centro y sudamericanos a nuestro territorio, y con dirección hacia Estados Unidos. El señor Presidente y su Canciller nos han llenado de mentiras.
¿Cuál es el motivo por el cual no sueltan la verdad?
Por cierto, nunca hubiéramos podido ganar una batalla a Estados Unidos, por el contrario, fue Donald Trump el que colocó al señor López Obrador contra la pared.
¿Tan vergonzoso es el acuerdo que lo mantienen en secreto?
Pobre México, tan lejos de Dios, tan cerca de Estados Unidos, y gobernado por un Presidente que nos miente.
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.