Hasta ahora nadie ha posado explicar a satisfacción de los mexicanos que fue lo
que verdaderamente ocurrió en las negociaciones encabezadas por Marcelo Ebrard Casaubón en Washington, los compromisos adquiridos por el gobierno a cargo de Andrés Manuel López Obrador, y los costos que habremos de pagar por las condiciones impuestas por el Presidente Donald Trump, quien ha demostrado ser un verdadero zorro a la hora de provocar reacciones de miedo en sus adversarios y a la hora de participar en un proceso de negociación.
Por el escenario en que se desarrollaron los hechos, podemos inferir que a quien le urgía encontrar una solución fue al Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador porque cada día que pasara era inminente la colocación de un arancel del 5% a los productos de importación de nuestro país, lo que significaba un desastre económico por las enormes pérdidas que se causarían no tan solo por la medida, sino por los propios impuestos que tendrían que sufragar a la hacienda pública.
Donald Trump ha sido un mago de la negociación en el mundo de los negocios, y los proyectos gubernamentales entrañan esa particularidad. El Estado tiene la obligación de generar riqueza y bienestar para sus gobernados, y para ello se requiere otorgar facilidades para la producción y comercialización de elementos del Mercado que resultan fundamentales para el incremento de los procesos económicos. Para decirlo más claro, el Estado Mexicano tiene que velar porque existan condiciones favorables para la actividad económica, y de no hacerlo, estaría fallando en una de sus prioridades.
Por eso le urgía al gobierno de Andrés Manuel López Obrador contar con bases firmes para que los procesos económicos en el país no fueran afectados por el arancel que el Presidente Donald Trump anunciara en días previos. De ahí la necesidad de entablar la negociación y obtener resultados antes de la entrada en vigor la revisión del Tratado. Esas fueron las prisas que llevaron a Marcelo Ebrard al frente de una comisión negociadora a Washington.
AL Presidente De la República le entraron las prisas por el vencimiento del plazo para imponer el arancel del 5% a los productos mexicanos y mando a la caballería a negociar. Para decirlo más claro, Andrés Manuel López Obrador mostró su candidez en asuntos bilaterales y cayó en la trampa que le tendió su homólogo norteamericano. Ahora tendremos que pagar las consecuencias de esa falta de experiencia al entrar con prisas a los pasillos de la negociación.
Andrés Manuel López Obrador pagará el muro que tanto alardeó Donald Trump, con el agregado de que no estará en la frontera norte. El muro será policial, porque desplegaremos 6 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur para disuadir la inmigración, esa que tanto presumió cuando dejamos entrar a miles de hondureños que han causado destrozos en la frontera norte. También se terminaron sus grandilocuentes planes de encabezar el desarrollo de Centro y parte de Sudamérica. Y lo peor es que todo esto es a costa del bolsillo de los mexicanos. Andrés Manuel López Obrador cayo cándidamente en la trampa que le puso Donald Trump.
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.