Morena no busca dotar de mayores facultades a la CNDH, busca borrarla del
mapa institucional
Un cambio de régimen puede ocurrir de diversas maneras, y los más efectivos hasta ahora, han sido mediante la conquista de una potencia extranjera, una revolución armada o cultural dependiendo de las circunstancias, un golpe de Estado de forma violenta, o simplemente la reconstrucción que viene después del “fracaso de estado”.
Seguramente a esto último pretenden referirse quienes se asumen como los paladines de la nueva conformación de la nación Mexicana con la asunción de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República.
El primer atisbo de las ocurrencias del prócer único y bien amado camarada líder, han sido los cambios de denominación de algunas dependencias para que respondan a los discursos vertidos en la mayor parte de las plazas públicas del país. Pero alguien habría de señalarle que el simple cambio de nombre de las dependencias del Gobierno Federal, mal llamado ahora Gobierno de México, no constituye un verdadero cambio de régimen político, a menos que deuda ir más allá e instaurar una dictadura Bolivariana en las barbas del Tío Sam.
Ya hubo una enorme advertencia. Con un solo mensaje por la red de Twitter, el señor Donald Trump anunció que México tendría que pagar un arancel del 5% de los productos que exportará hacia Estados Unidos. La respuesta inmediata del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, fue enviar a su Canciller a negociar con el gobierno norteamericano, y lo que dijeron que fue un éxito diplomático nos está saliendo demasiado caro, porque ahora nosotros tendremos que mantener a los centroamericanos, darles trabajo, y contenerlos en la contera sur de nuestro territorio.
Pero también en esta presunta “nueva era” existen instituciones que se han convertido en el blanco fácil de Andrés Manuel López Obrador, y quizá la más importante de ellas es la Comisión Nacional de Los Derechos Humanos, ya que la plaga morenista en el Senado de la República trabaja en un proyecto para constituir la “Defensoría del Pueblo” como un organismo nacional de protección a los derechos humanos. Así de simple pretenden desaparecer lo que con tanto trabajo hemos construido y cuidado los mexicanos.
Ahora las huestes del Movimiento de Regeneración Nacional van contra la Comisión Nacional de los Derechos Humanos porque necesitan tener el control de las calificaciones a la hora de cometer sus atrocidades para instaurar ese régimen bolivariano que piensan merecemos en este país. La única justificación es que la CNDH es un órgano no sirve para nada porque es una falacia, una simulación, no tiene alcance para sancionar a nadie, y a contentillo le pueden aceptar o no una queja.
Morena no busca dotar de mayores facultades a la CNDH, busca borrarla del mapa institucional porque ahora pretenden que la designación del titular de la defensoría, así como de los integrantes del Consejo Consultivo y de los representantes en entidades se ajustarán a una consulta pública.
Otra violación flagrante a la Constitución sin que nadie pueda detener la serie de barbaridades legales que los integrantes de la mal llamada 4T están colocando en el entramado institucional. Y lo tienen que hacer ahora porque en la siguiente votación no les alcanzará para la mayoría simple. Por lo que respecta a la consulta, ya sabemos cómo se las gasta el prócer máximo del país. Pobre México.
Al tiempo.
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