AMLO advirtió que la ley impuesta en Tabasco se generalizará en la mayor
parte del país porque se requiere orden
Pareciera que el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos está decidido a ser registrado y reseñado en los anales de la historia como alguien contradictorio y carente de conocimientos técnicos necesarios para sostener y mantener la buena marcha de la economía . Y no es que tenga algo en su contra de forma personal, pero me parece que el daño que está ocasionando al país será irreversible, y por desgracia se acentuará a causa del encono guardado por aquellos a los que desdeñamos por su talante violento.
Recuerdo cuando Gerardo Fernández Noroña era un simple vándalo peleonero a quien le encantaba armar su sainete en los lugares reservados para los políticos del régimen, y era sacado en vilo por los guardianes del orden. Esa fue su forma de darse a conocer, pero al paso del tiempo aprovechó el boom de la vivienda popular para hacerse con un buen peculio inmobiliario por la zona de Santo Domingo y frente a un museo. Nada tonto el muchacho, porque lleva años sin trabajar y supo ser muy ahorrativo.
Pero entrando al tema de ese México que pretende destrozar Andrés Manuel López Obrador con la cantaleta de transformarlo, debo reconocer que durante estos años de activismo ha adquirido una tremenda experiencia en eso de causar innumerables daños y de utilizar dinero que no es suyo para su beneficio. Y no quiero decir que haya sido un ladrón, simplemente que ha sabido sustraer y acumular una tremenda fortuna personal, porque ha gastado dinero público sin mostrar pudor alguno y mucho menos renuencia o reticencia.
La mejor muestra del México que el tabasqueño pretende instaurar es la llamada Ley Garrote impulsada por el Gobernador de Tabasco, Adan Augusto López, quien sintiéndose el predestinado para imponer el nuevo orden en este bendito país, dio a conocer una de las legislaciones más violentas de que se tenga memoria. Vaya, ni siquiera en los tiempos más severos del llamado régimen de la Revolución se atrevieron a tanto. Pero sin lugar a dudas es el primer indicativo de que las cosas cambiaran radicalmente.
Recuerdo cuando Andrés Manuel López Obrador comenzaba su activismo al traer a la Ciudad de México a los barrenderos de Villahermosa, lo que le permitió hacer un jugoso negocio con Marcelo Ebrard, quien le acercó la nada despreciable suma de cuatrocientos siete millones de pesos para que se regresara a Tabasco. Después se dio aquel episodio en el que tomaba pozos petroleros y los incendiaba. Nunca se le aplicó la ley porque el régimen tuvo mucha tolerancia ya que era parte de un movimiento reivindicador tricolor.
Hoy el Presidente de la República ha festinado y advertido que la ley impuesta en Tabasco se generalizará en la mayor parte del país porque se requiere orden. Creo que lo que está por venir es el mismo escenario totalitario que por ahora tiene sometidos a los venezolanos. Y para decirlo con todas sus letras, quizá quienes nos hemos afanado por cítricas los excesos del ahora Presidente de la República, tendremos que asumir como destino las cárceles, porque estamos recorriendo el mismo camino que Venezuela. Pobre México.
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.