México es un mosaico pluriétnico y pluricultural, y uno de las países con mayor
megadiversidad en el planeta. Pero también debo señalar que sin lugar a dudas los mexicanos somos uno de los pueblos más generosos del mundo, pero también uno de los que tienen los gobiernos más corruptos. Y no es que me sienta bien denostando a quienes por desgracia escogimos para ejercer gobierno, simplemente es que esa ancestral costumbre de disponer de las rentas públicas llegó de la mano de los conquistadores españoles.
El problema es que como pueblo no tuvimos pudor cuando de adoptar las costumbres españolas se trató, y seguimos manteniendo el régimen de privilegios que durante La Colonia caracterizó a quienes ejercían gobierno en nombre de la España Imperial. El problema es que seguimos adelante con la oprobiosa práctica de disponer de lo ajeno con singular alegría, y más cuando una pandilla de facinerosos se apoderan de las instancias gubernativas. Platicaré el ejemplo del gobierno municipal de Coatzacoalcos.
Víctor Manuel Carranza Rosaldo, Alcalde de Coatzacoalcos, he venido asumiendo la comodidad de que sean un par de fascinerosos quienes se encarguen de realizar la mayor parte de los negocios al amparo del poder. Los hermanos Pinto Guillen, uno ocupando el cargo de Tesorero y el otro de Secretario del Ayuntamiento son quienes disponen del beneficio de las rentas haciendo cuanto negocio se identifica no tan solo mediante las adquisiciones con dinero público, sino a través de diversas concesiones que adjudican fuera de la ley.
Como Síndico y Responsable de la Comisión de Hacienda pasan los estados financieros el mismo día por la Comisión y por el Cabildo sin permitir que alguien revise una sola coma, y al día siguiente solamente llaman a los responsables del Cabildo a que firmen las actas sin revisión a cambio de ciertas prebendas que les permiten allegarse de algunos recursos que ellos llaman “utilidades”. Así el cinismo entre quienes se despachan con la cuchara grande con el dinero de los Coatzacoalqueños.
Para que usted conozca el alcance de esta pandilla de fascinerosos, déjeme contarle que el Secretario del Ayuntamiento, Miguel Pintos Guillen, es quien falsifica y certifica junto con Agustin Jiménez Hernández, el Coordinador Jurídico, las actas de Cabildo para que los propios integrantes no se den cuenta de que lo que autorizan ha sido alterado. Lo peor es que existe una brutal actitud de violencia de género y optan por qué sea el Coordinador Jurídico, Agustín Jiménez, las actas respectivas.
No existen contratos con Medios de Comunicación, y mucho menos por las obras realizadas, pero se falsifican los documentos que sean necesarios en el gobierno delincuencial que encabeza Víctor Manuel Carranza Rosaldo. De todo esto que señaló existe denuncia ante la Fiscalía General del Estado, y lo previsible es que el nuevo fiscal se haga cargo y llegue hasta las últimas consecuencias si es que quiere sacar de un apuro al inútil gobernador que ni ata ni desata, y que se ha convertido en cómplice pasivo de esta caterva delincuencial que se apropió de Coatzacoalcos. Escribo esto en honor de Don Fausto Fernández Ponte, periodista honesto y Epónimo de Coatzacoalcos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.