Los tiempos que estamos viviendo los mexicanos de esta generación, sin lugar a dudas se distinguirán por el estercolero que desde las esferas oficiales se ha protagonizado con la extradición de Emilio Lozoya Austin,
quien fuera uno de los hombres más cercanos al Presidente Enrique Peña Nieto, y Director General de la Paraestatal más importante del país. Petróleos Mexicanos siempre se ha caracterizado por ser la caja chica del gobierno mexicano, y sigue siéndolo en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Dejando de lado el episodio de los huachicoleros que provocó una de las mayores tragedias que registra este país por la perforación de ductos petroleros en donde se extraía el combustible que después era vendido y revendido en diversas empresas gasolineras, hay que señalar que la tragedia quedará como uno de los símbolos de la corrupción existente en la Paraestatal. Para decirlo más claro, esta tragedia fue provocada por la falta de aplicación de la ley por parte del gobierno entrante, y aunque han tratado de minimizarla quedará en los registros de la historia del país.
Después de haber logrado la extradición de Emilio Lozoya, a quien por cierto se le ha mantenido de forma muy cuidadosa porque representa la “joya de la Corona” para la administración de Andrés Manuel López Obrador, sus declaraciones han propiciado un verdadero problema por las actividades de la petrolera brasileña Odebrecht y las posibles ligas con destacados miembros del Gobierno de Enrique Peña Nieto, y algunos prominentes y destacados ejemplares de la Cuarta Transformación.
Por lo pronto el mismo Presidente ha señalado que hay que tratar a Lozoya como Testigo Protegido, ya que lo merece como cualquier ser humano, lo que habla de que en realidad ya existe una negociación para incluirlo al programa de Testigos Protegidos ya que su vida pudiera estar en peligro. Por lo pronto el indiciado ha reconocido los sobornos que fueron entregados por la petrolera brasileña Odebretch, por parte de su representante en México Líos Alberto Meneses Weyll.
Ni que decir de los sobornos que fueron entregados a diversos miembros del honorable Congreso de la Unión, como es el caso de Ricardo Anaya, quien desde luego no acepta que así haya sido, pero al tiempo irán saliendo las verdades que hasta ahora no se nos han dicho. Lo cierto es que hasta ahora lo único que hemos observado es que se ha montado todo un espectáculo para desviar la atención de la forma tan deplorable en que el actual gobierno ha manejado la pandemia del Coronavirus con la consiguiente cuota de muertos que ya alcanzan la cifra de
Ni que decir del uso que la propia 4T está haciendo de la empresa PTI Infraestructura en Desarrollo, creada en el gobierno de Enrique Peña Nieto, para adquirir Agro Nitrogenados, y otras empresas que solamente existen en el papel, es decir que no cuentan con empleados, para evitar retrasos en las obras de la Refinería de Dos Bocas, lo que significa operaciones con dinero público al margen de la ley. A la fecha se han transferido más de cuatro mil ochocientos ochenta millones de pesos y seguramente en poco tiempo nos enteraremos de otras cantidades de dinero de todos los mexicanos. Una joya más, desde el año 2018 el Director de PTI fue Jorge Arganiz Díaz, el nuevo titular de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes. La 4T lleva el mismo camino que los del anterior sexenio. Al tiempo.
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