Hay que decirlo con todas sus letras. El país esta en un enorme riesgo de disgregarse a causa de las reyertas políticas que ha venido realizando Andrés Manuel López Obrador con tal de hacerse con el control total de los tres ordenes de gobierno, y los organismos autónomos que le han otorgado viabilidad ciudadana a nuestra ahora endeble democracia, a causa de las decisiones en que ha estado participando de forma activa quien ocupa la Primera Magistratura, con la finalidad de seguir concentrando en su persona el poder completo de todos los órganos del Estado Mexicano.
Ya no es tan solo la Presidencia de la Republica y la mayoría parlamentaria, quiere el control total, y está dispuesto a todo con tal de instaurar en los siguientes meses un gobierno similar al que detenta la Venezuela de un solo hombre que con el apoyo de Cuba logró instaurar Hugo Chávez, a quien la muerte le llego de forma temprana, y que por desgracia el gobierno recayó en uno de los sátrapas más sanguinarios del mundo, que hasta ahora ha venido aniquilando las libertades y un férreo control de los víveres para obligar a los venezolanos a depender de su generosa magnanimidad.
En el México de estos días, el peligro de entrar en una etapa de pobreza generalizada está a la vuelta de la esquina, por eso la pandemia del coronavirus le vino como “"anillo al dedo” señor Andres Manuel López Obrador, porque la principal característica de los gobiernos populistas es el empobrecimiento de la gente, y por consecuencia la dependencia de las dádivas estatales para la sobrevivencia. Y para hacer realidad su sueño “bolivariano”, necesita borrar del mapa político a los expresidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, a quienes ya les envió el mensaje de que podrían ser enjuiciados por la disposición de los caudales públicos en su provecho.
Hoy más que nunca Emilio Lozoya es el hombre más valioso para su proyecto inmediato, pues los argumentos legales que requiere se los han arrancado en una simple negociación: cárcel de por vida, o convertirse en el instrumento para consolidar la forma de borrar del escenario político a Calderón y Peña. Pero también utilizará a la mayoría parlamentaria para construir el entramado jurídico legal que le permita mantenerse en el poder, y pondrá en práctica la estrategia diseñada para apoderarse del Instituto Federal Electoral y asegurar desde ahora que las oposiciones no puedan conformar un frente electoral que logre quitarle la mayoría parlamentaria, esa que necesita poner a trabajar en los siguientes meses para cambiar las funciones y facultades de los órganos autónomos que tanto le estorban.
Por eso creo que ha llegado la hora en que los mexicanos tengamos que decidir qué tipo de país queremos, y que tenemos que hacer para conservar la legalidad. López Obrador cuenta con el aparato del Estado Mexicano para sus aviesos propósitos, pero los mexicanos debemos entender que nuestra democracia está en riesgo y que tendremos que hacer mucho para conservar esas libertades que durante tanto tiempo nos hemos construido. Me niego a creer que la voluntad de un solo hombre pueda hacernos retroceder al grado de que tengamos que formarnos para recibir los vales para la subsistencia diaria como ocurre en La Venezuela de Nicolás Maduro, por cierto, muy amigo del Presidente de este país.
Por lo pronto ayer Rafael Loret de Mola dio a conocer en un video la razón que tuvo el Presidente de la Republica para ordenar la liberación de Ovidio Guzman cuando fue aprehendido por el Ejército Mexicano en el operativo de Culiacán. El periodista asegura que los hijos del Presidente de la Republica recibieron de Ovidio Guzman diversas maletas con millones de dólares para la campaña presidencial, y eso es grave, porque de ser así estamos frente a un hombre que aspiró al poder por el poder mismo. Mentira que haya sido para proteger a los pobres. ¿O será que en esas vacaciones a Dubai, que es uno de los mejores paraísos fiscales del mundo, en aviones privados y con modelos venezolanas, se ocultaron los fondos entregados por Ovidio Guzman? Al tiempo.
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