Las cosas no marchan como debieran, y el problema es que al parecer el populista que todo lo pretendía resolver porque tenía las soluciones adecuadas esta resultado uno de los mayores estafadores de la historia de este alicaído país. Pero su propósito sigue avanzando, y no es otra cosa que convertir a México en otro de los paises del eje populista que se ha asentado en diversos lugares del Continente empobreciendo a todos para que dependan de las dádivas gubernamentales. Hasta ahora Andrés Manuel López Obrador lleva un trecho recorrido en ese propósito, y la única oportunidad que tenemos los mexicanos para detener esa barbarie es la elección intermedia.
Por desgracia la caída económica del México de nuestros días siguen provocando que la sombra de la dictadura populista siga avanzando inexorablemente hasta en tanto no exista una reacción de la mayor parte de los mexicanos. Y eso quiere decir que la única oportunidad se tendría ya que haber construido mediante un bloque de partidos opositores que le hablen con argumentos sólidos a la sociedad civil para evitar esa catástrofe que se avecina de ganar el Movimiento de Regeneración Nacional la elección del año venidero.
La mayoría morenista y sus aliados han puesto en grave peligro a los más de ciento veinte millones de mexicanos que azorados observan como se destruyen las instituciones que construimos durante muchos años para ser suplantadas por un manejo discrecional del presupuesto. La caída económica extiende su sombra sobre el futuro inmediato de este México tan nuestro y que hasta ahora está siendo utilizado para fines estrictamente personales de quien detenta el poder.
Las proyecciones económicas indican que para regresar a lo que era la economía mexicana en 2019, tendremos que esperar hasta mediados del 2025, es decir, varios meses después de haber terminado la gestión actual de Andrés Manuel López Obrador, con el peligro real de que la mayoría morenista opere para establecer la posibilidad de cambiar la letra constitucional para que Andrés Manuel López Obrador pudiera reelegirse, lo que significaría el establecimiento de la dictadura.
El recuento de los daños anuncia la catástrofe. En los últimos meses se han perdido más de novecientos cincuenta mil empleos formales, y para colmo de males, según el Coneval, la pobreza extrema podría aumentar en al menos diez millones setecientas mil personas, y la población en situación de pobreza podría incrementarse hasta en nueve millones más. Con estas cifras se puede determinar que más de diez millones de mexicanos que no eran pobres empezarán a serlo.
Los cálculos señalan que diez millones de personas conservaron su empleo pese a la crisis, pero sus ingresos se vieron disminuidos drásticamente, al grado de caer en la pobreza, y esto se debe a que solamente el 7.8 por ciento de las empresas recibió apoyos gubernamentales. El contraste es que la paraestatal Pemex recibió transferencias por más de seiscientos mil millones de pesos para que siga siendo improductiva como hasta ahora. Y si a eso agregamos el proyecto del Tren Maya, el desastre está a la vuelta de la esquina, y Andrés Manuel López Obrador parece no darse cuenta. ¿O quizá de eso se trata? ¿De seguir destruyendo la economía para la implantación de un bloque comunista en México? Nosotros tenemos la palabra. Al tiempo.
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